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viernes, 28 de diciembre de 2012

Todos sobre Zanzíbar - John Brunner

Llevaba años en mi estantería. Tal vez por la horrorosa portada elegida por la editorial. Me alegro mucho de haberle dado prioridad sobre otras lecturas que siguen esperando.

Siempre he pensado que es más probable un "Fin del Mundo" provocado por la falta de recursos, que por una guerra atómica. El precio de los alimentos básicos, el mercado de futuros, los biocarburantes, el desarrollo de nuevos paises, el consumo, la polución, la superpoblación... alimentar a esa superpoblación.

John Brunner explota con maestría un futuro posible, para él en el 2010, donde el mundo está atestado de personas. Tanto, que se hace necesaria la manipulación genética e incluso la prohibición de tener hijos; corporaciones que compiten con los Estados, el extendido uso de las drogas en los paises que mayor desarrollo han alcanzado y el apoyo de inteligencias artificiales para el asesoramiento gubernamental y empresarial. ¿Un Mundo Feliz?

En estas circunstancias, el anuncio del estado de Yatakang de un nuevo programa de selección genética que culminará en la creación de "superhombres" no es de extrañar.

¿Quién podría enseñar y educar a esa nueva raza de humanos? ¿Quién podría evitar su frustación al ver su desarrollo impedido y que acabaran estallando de furia contra sus creadores? ¿Es igual de reprobable la modificación genética para conseguir superhombres que para erradicar la enfermedad o eliminar las reacciones que nos llevan a la guerra? ¿Qué nos dirían las inteligencias artificiales de este dilema?

Pero por encima de todo, una pregunta que me llega al alma: "¿qué valor puede existir en ser humano si tenemos que ser salvados de nosotros mismos por una máquina?".

Ciencia ficción en estado puro. Tras sus pretendidas respuestas, un universo de preguntas.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Seda, Alessandro Baricco

Una gran novela
escritas con muy pocas palabras.
Puntuación 4,5/ 5


FELICES FIESTAS A TODOS LOS VISITANTES DE ESTE BLOG





 
Pese al reguero de comentarios elogiosos de esta novela nunca me había planteado abrir sus páginas. En el Club de Lectura del Escorial, esta ha sido la obra debatida en Diciembre de 2.012 y unánime la valoración de todos los lectores, considerándola una de las obras imprescindibles.
El argumento es conciso, como toda la novela. corre el Año año de 1861 en la localidad francesa meridional de Lavilledieu. En ella, Baldabiou introdujo la producción industrial de la Seda natural, mediante el tratamiento de los capullos de los gusanos, convirtiendola en un lugar próspero. Pero la epidemía de la Pebrina enfermó los gusanos e impone la necesidad de buscar larvas no infectadas en lugares lejanos como Siria y Egipto. Se escoge a Hervé Joncour, un joven de escasa vocación militar para encontrar este material. Pero es preciso garantizar la calidad de la seda y deben obtener larvas más sanas en un lugar recóndito e inaccesible en aquella época: Japón.
"En esos tiempos el Japón estaba, en efecto, al otro lado del mundo. Era una isla hecha de islas y por doscientos años había vivido completamente separada del resto de la humanidad, rechazando cualquier contacto con el continente y prohibiendo el acceso de cualquier extranjero. ... Los mercaderes chinos, holandeses e ingleses habían tratado repetidamente de romper aquel absurdo aislamiento, pero sólo habían conseguido establecer una frágil y peligrosa red de contrabando. Habían ganado poco dinero, muchos problemas y algunas leyendas, fáciles de vender en el puerto por la tarde."
Hervé Joncour, viaja en busca del preciado material, imprescindible para continuar la producción, con este escaso equipaje  "...ochenta mil francos en oro y los nombres de tres hombres, procurados por Baldabiou: un chino, un holandés y un japonés". Se despide así de su esposa,  "estrechó contra sí a su mujer Hélene y le dijo simplemente -No debes temer nada. Era una mujer alta, se movía con lentitud, tenía largos cabellos negros que no se recogía nunca.
Tenía una voz bellísima."
Las estaciones del viaje se reproducen como un letanía, "Cruzó la frontera francesa cerca de Metz, atravesó Württemberg y Baviera, entró en Austria, alcanzó en tren Viena y Budapest para luego proseguir hasta Kiev. Recorrió a caballo dos mil kilómetros de estepa rusa, superó los Urales, entró en Siberia, viajó por cuarenta días hasta encontrar el lago Bajkal, ...Remontó el curso del río Amur, caboteando la frontera china hasta el océano, y cuando llegó al océano se detuvo en el puerto de Sabirk por once días, hasta que un barco de contrabandistas holandeses lo llevó a Cabo Teraya, sobre la costa oeste del Japón. A pie, recorriendo caminos secundarios, atravesó las provincias de Ishikawa, Toyama, Niigata, entró en la de Fukushima y alcanzó la ciudad de Shirakawa, la rodeo por el lado este, esperó dos días a un hombre vestido de negro que lo vendó y lo llevó a un poblado en las colinas..."
Allí conoce a Hara Kei, señor feudal y a la misteriosa mujer que yace a su lado "Sus ojos no tenían aspecto oriental, y su rostro era el rostro de una chiquilla." Pese a ignorar su nombre y el sonido de su voz, esta le prodiga especiales atenciones, miradas cómplices, gestos de empatía y atracción, un baño lleno de erotismo y le entrega una nota escrita en japonés.

Al llegar a Francia, comprueba que el viaje ha transformado su vida y la relación con su mujer Hélene. Algo suyo ha quedado junto al recuerdo de aquella mujer. Decide traducir el mensaje. La única capaz es Madame Blanche, una prostituta japonesa dueña de  almacén de telas y de un burdel en Nimes. Esta enigmática mujer le traduce el inequívoco y radical mensaje: "Regresad o moriré".
 
Pero además, le advierte de las peligrosas consecuencias de esa atracción:

"..arrojó algunos billetes sobre la mesa.
- Déjelo así.
- Hervé Joncour dudó un segundo.
- No hablo del dinero. Hablo de esa mujer. Déjelo así. No morirá y usted lo sabe."

Hasta aquí se puede leer, el resto sabéis donde encontrarlo y es de lo más apetecible.
La novela es todo un manual de escritura creativa. Un ejemplo de economía de contenido, con escasos personajes y una selección de escenarios y acontecimientos, magistralmente diseminados por el libro, suficientes para contarnos una gran historia, sin derrochar prosa. El talento del escritor se demuestra en el efecto contundente de la narración, contenido en la mayor escasez de páginas posibles. Parece un relato vastísimo, que después de escrito, ha sido sintetizado, comprimido y expurgado de todo lo innecesario, para dejar con genialidad lo esencial, sustituyendo capítulos enteros, a menudo por frases. La lectura es intensa, pues la pérdida de una mera palabra, la omisión de un párrafo, hasta de un verbo transforma el conjunto. 
La descripción de los personajes se esboza, utilizando unos adjetivos para enmarcarlos y dejar el resto de los matices a la imaginación del lector. La localización histórica y geográfica de la acción del relato, se acuña con referencias explícitas y dispersas pero suficientes para ubicarte. Como ejemplo, así te emplaza en la novela en sus primeras líneas:
"Corría el año de 1861. Flaubert estaba terminando Salambó la iluminación eléctrica era todavía una hipótesis y Abraham Lincoln, al otro lado del océano, estaba combatiendo en una guerra de la cual no vería el fin."
Los acontecimientos se narran sin juicios por parte del autor, con desenlaces abiertos, conjeturándose varias opciones e interpretaciones. En esta breve novela se vierten muchos temas: el amor, con sus variantes de relación marital, platónico, pasional, la venganza, la amistad, la clemencia, el destino, la pérdida irreparable de algo valioso pero desconocido hasta su desaparición, el cambio de costumbres por efecto de la industrialización, industrialización. Todo ello envuelto en una sutil pátina de sensualidad y lirismo. Con la reiteración de las etapas del viaje del protagonista, repetidos en varios capítulos, consigue un efecto melódico y rítmico idéntico al producido por el estribillo de una canción o poema. Algunas de las frases son tan certeras y precisas como un bisturí:
"..le había puesto encima del escritorio una bufanda de seda color ocaso y le había preguntado

Sabe qué es esto?
- Cosas de mujer.
- Se equivoca. Cosas de hombre: dinero.

Después volvió a donde el alcalde, poniéndole sobre el escritorio, bien ordenados, treinta mil francos en billetes de alta denominación. -¿Sabe qué es esto?
- Dinero.
- Se equivoca. Es la prueba de que usted es un estúpido.
Volvió a coger los billetes; los metió en la cartera e hizo el ademán de irse.
El alcalde lo detuvo. -¿Qué diablos debería hacer?
- Nada; y será el alcalde de un pueblo rico."


Una novela que deja el rastro de una caricia, una obra para no perderse.




sábado, 22 de diciembre de 2012

Beatus Ille, Antonio Muñoz Molina.

Primera y gran novela de Antonio Muñoz Molina.
Un triángulo amoroso, la muerte de una recién casada en un palomar, una traición, la sombra de un asesino y una sorpresa

Puntuación 4/5

Decidí guardarme esta primera novela de Antonio Muñoz Molina en la bodega privada de las lecturas pendientes. Los comienzos de todo escritor suele ser una vanidosa exhibición, una menesterosa expiación de su biografía, y producen las obras más preciadas y personales, motivo por el cual he aplazado su lectura hasta el día de hoy.
En el anaquel de la biblioteca ha estado exhibida y despreciada durante treinta días sin que nadie haya demostrado interés por ella, aborrecida por ignorancia o prejuicios, y decidí saldar esta afrenta con esta lectura.
Una novela primeriza, ambiciosa, madura, compleja con una arquitectura de personajes y escenarios y una dosificación del argumento casi perfecta.
Minaya,personaje principal, joven represaliado por la Policía franquista en los últimos años de la dictadura, escucha casualmente el nombre de un enigmático poeta de la generación del 27, "Jacinto Solana" como tema de una posible tesis universitaria. Pero esta impertinente alusión aviva recuerdos del pasado y le sugiere el retorno a sus orígenes, a su Mágina natal. Allí habita Manuel Alberto Santos Crivelli, un primo de su padre, teniente republicano en la Guerra Civil, herido en el frente de Guadalajara, aún vivo gracias a su estirpe, abolengo y patrimonio. Solicita permiso para estudiar la obra del poeta, que estuvo cobijado y recluido en casa de su pariente en sus últimos años, antes de su muerte tras persecución por la Guardia Civil.
Acude para estudiar al poeta a la mansión renacentista de la familia donde acaba desempeñando labores de archivo por invitación de Manuel.
" El palacio es más antiguo que las acacias y los setos, pero la fuente ya estaba allí cuando lo construyeron, traída de Italia hace cuatro siglos por un duque muy devoto de Miguel Ángel, y también la iglesia y sus gárgolas renegridas de liquen que cuando llueve expulsan el agua sobre la calle con un ceño de vómito.."
La enorme edificación encierra misterios ocultos en su aura gótica y de una latente luctuosidad, habitaciones clausuradas abarrotadas de recuerdos y pruebas, una de ellas, la habitación donde el poeta fue acogido para escribir un libro que tomaría por título "Beatus Ille, en el que se narran las relaciones de los familiares y amigos de la casa, un triángulo de pasiones y una traición.

"Decía Beatus Ille en el inicio de la primera cuartilla, pero no era, o no lo parecía, una novela, sino una especie de diario escrito entre febrero y abril de 1947 y cruzado de largas rememoraciones de las cosas que habían sucedido diez años atrás..."


Diseminados en las lóbregas estancias, cohabitan los distantes moradores, con sus acomodaticios invitados y dependientes:
 Doña Elvira, la madre de Don Manuel, administradora y guardiana de edificio quien desde "las habitaciones altas….murmuraba cosas y maldecía y se miraba en los espejos con su vestido de luto retorciéndose las manos juntas en el regazo." "el recodo oculto y la escalera que conducían al dormitorio donde doña Elvira se recluyó veintidós años atrás para no seguir presenciando la decadencia del mundo y el obstinado fracaso de su hijo. "
Ines, criada, amante y cómplice de Minaya, guía por el edificio y sus recovecos.
Eugenio Utrera -"escultor y huésped indigno de esta casa", el médico Medina, "con sus carcajadas de médico libertino, adicto a la higiene y a lo que él llamaba la fisiología del amor."
Pero además de los vivos, existe la presencia del pasado, dispuesta a expiar las incógnitas adheridas a las paredes de la casa, ek pintor Orlando, escoltado de su amante Santiago, la belleza provocativa y excesiva de Mariana, personajes desaparecidos pero tangibles y apremiantes, en fotografías, en cuadros en escritos dispersos.

"Tenía catalogados no sólo todos sus recuerdos, sino también las fotografías de Mariana y de Jacinto Solana, y las había distribuido por la casa según un orden privado y muy estricto, lo cual le permitía convertir su paso por las habitaciones en una reiterada conmemoración"

Y sobre todos ellos, un suceso, la muerte de Mariana, mujer de Manuel, fallecida a los dos días de la boda en el palomar del edificio, por un disparo extraviado en la persecución de unos falangistas, según la versión oficial. Este fallecimiento trastoca y condiciona desde ese momento la vida de todos los miembros de la familia y de los allegados.
La obra nos traslada a los momentos previos a la guerra, al cenit más sangriento del conflicto y a sus secuelas, con víctimas y verdugos, con las condenas suspendidas hasta la última bala. Cicatrices que la historia no consigue sanar, ni enterrar.
Muñoz Molina nos hacer viajar al pasado, narrando la historia desde un presente esquivo que tiene a la retrospección, con distintos narradores, desmenuzando los acontecimientos, acometiendo su tratamiento desde distintos ángulos, con la mirada de distintos sujetos, con una habilidad encomiable.
En esta novela aparecen las que serán constantes en su estilo narrativo. Personajes sobre los que gravita la pesadumbre de un suceso ocurrido en el pasado, un acontecimiento núcleo del argumento, en este caso las muertes de Mariana y Jacinto Solana, relatado desde distintas perspectivas, desde el presente inmediato, al pasado, devanando con lentitud y precisión literaria el suceso, con el ritmo y latencia de novela negra.
El trasfondo localista de su Mágina natal, escogido en muchas otras de sus novelas, con descripciones de indudable talento como las estas:

"Anchas torres coronadas de maleza, agigantadas por la soledad y la sombra, como cíclopes cuyo único ojo es el reloj que nunca duerme, vigía que avisa a todos los condenados a la lucidez sin tregua y los une en una oscura fraternidad. "
"Náufragos....en una ciudad que ya es en sí misma y desde hace tres siglos un naufragio inmóvil, como un galeón de alta arboladura barroca arrojado a la cima de su colina por alguna antigua catástrofe del mar"


Describe las situaciones con una elegancia y profundidad psicológica y artística que siempre me ha cautivado. Como ejemplo así describe un pasaje del libro:
"Sin voluntad, sin propósito alguno, fue subiendo hacia el palomar consciente de cada peldaño que pisaba, muy despacio, sin oír el sonido de sus propios pasos, como si el designio que obedecía lo hubiera despojado de su consistencia física y lo empujara escaleras arriba como levanta una crecida del mar al hombre que antes de hundirse derribado por ella mira la costa cada vez más lejana y sabe que va a ahogarse"
En resumen una obra recomendable y de impecable construcción.


jueves, 13 de diciembre de 2012

La piedra de la paciencia, de Atiq Rahimi

ATIQ RAHIMI
La piedra de la paciencia
Traducción de Elena García-Aranda
Punto de Lectura S.L, Madrid, 2010.
112 páginas. 7,99 euros.
            “En algún lugar de Afganistán, o en cualquier otro lugar”
Atiq Rahimi nació en Kabul en 1962. En 1984, se vio obligado por la guerra a refugiarse en Pakistán, recibiendo más tarde asilo político en Francia. Su primera novela “Tierra y cenizas” fue un éxito de ventas tanto en Europa como en Sudamérica. Se encargó de su adaptación al cine, y obtuvo múltiples premios internacionales. En el 2008  recibió el premio Goncourt  por “La piedra de la paciencia”. Un libro, que quizá por la experiencia del escritor en el cine, resulta muy cinematográfico. Y con una película vamos a empezar este post, aunque no de Atiq Rahimi, sino de Won Kar-Wai.        
            En la película “Deseando amar”, un personaje nos cuenta que antiguamente si alguien tenía un secreto que no quería compartir con nadie, lo que hacía era subir a una montaña en busca de un árbol. Una vez encontrado, elegía un agujero y susurraba el secreto. Al terminar, lo cubría con barro y lo dejaba ahí para siempre.
            En “La piedra de la paciencia” no aparecen árboles, pero sí una mujer en una habitación pequeña que necesita contar muchos secretos, todos aquellos que durante años se ha visto obligada a callar. Similar a la historia del agujero en el árbol, en esta novela nos encontramos con el siguiente mito: existe una piedra sagrada, una piedra negra, que sirve de ayuda a los desventurados, pudiendo verter en ella todo su dolor que finalmente es absorbido por ella. A la mujer –no sabemos su nombre –le valdrá de piedra negra “su hombre”, que está en esa misma habitación postrado, herido por una bala, casi sin vida. Justo cuando él se ha convertido en un cuerpo completamente vacío, ella tendrá, por primera vez, la oportunidad de poder hablar. Seguramente los lectores se acordarán de Carmen Sotillo, el personaje de “Cinco horas con Mario”, de Miguel Delibes.
            A través de su monólogo seremos testigos primero de sus plegarias y más tarde del sufrimiento, sus deseos, su rabia; descubriremos las entrañas de una mujer, madre de dos hijas, que quiere de una vez por todas liberarse del yugo que sufre en el presente, así como el padecido en el pasado. Entrelazándose con su monólogo, un narrador en tercera persona se hará eco de todo lo que interfiere en el discurrir de las palabras de la mujer: los disparos, los llantos, la voz del mulá llamando a la oración, el ruido de los guerreros.
            Con una prosa en la que no sobra ni falta nada, sin alardes, bella, poética por momentos, Atiq Rahimi nos cuenta en esta novela breve, una historia que nos atrapa, que nos interpela, y finalmente nos explota, como toda piedra sagrada, toda “sangue sabur” termina haciéndolo. A diferencia de todo lo que se guarda en los árboles y que se queda ahí para siempre.
  Patricia L.D.

sábado, 8 de diciembre de 2012

50 Lecturas de Ciencia Ficción y Fantasía

No hace muchos años, cuando aún no existía internet, los lectores lo teníamos un poco más difícil que ahora a la hora de elegir un libro, especialmente en un género como la Ciencia Ficción que nunca ha sido mayoritario. No había (o yo no conocía) en España programas ni espacios en prensa, radio o televisión dedicados a este tema y habías de limitarte a buscar entre lo que publicaba el Círculo de Lectores, sumergirte en alguna librería confiando a ciegas en el autor o la portada con el habitual "Prólogo de Isaac Asimov" o irte a alguna colección especializada entre las que las estupendas Orbis, Acervo o Destinolibro a veces te brindaban obras de las que difícilmente podías obtener reseñas pero que en ocasiones resultaron ser auténticas maravillas.

Volví a leer hace poco por tercera o cuarta vez "Yo Robot" y "La Fundación" de Isaac Asimov (mi escritor favorito), y gracias a una  entrada en este blog descubrí "El juego de Ender" de Orson Scott Card. Me pareció imperdonable por mi parte no haber conocido antes esta obra maestra así que me dije que no podía perderme más libros como éste por lo que empecé a buscar por la red con la idea de seleccionar lo más imprescindible de la Ciencia Ficción.

Me ha planteado bastantes dificultades ya que no es sencillo preparar una lista de este tipo, empezando por diferenciar claramente qué es y qué no es Ciencia Ficción (o Fantasía Científica como hay quien la llama). Hay muchas definiciones pero a mí me gusta pensar que es un género a caballo entre la realidad y la fantasía, lo que permite dar cabida a casi todo tipo de estilos en función de que nos acerquemos a uno u otro extremo y justifica el que pueda incluir, por ejemplo, “El Señor de los Anillos” aunque no pueda catalogarse como CF. Pero las fronteras entre la fantasía, el terror y la ciencia ficción no siempre son claramente distinguibles y últimamente esta distinción ha perdido todavía más su significado desde el momento que nos encontramos vampiros y hombres lobo en novelas románticas y zombies, mutantes o dragones en obras de ciencia ficción.

Centrándonos en el mundo que nos ocupa, los libros, a la hora de seleccionarlos se podrían tener en cuenta cinco criterios entre los muchos que habrá:
  • 1. Por votación o recomendación de los lectores. Me parece la opción más fiable y a la que suelo hacer más caso. Véase este blog.
  • 2. A discreción del redactor. Siempre es un valor subjetivo y en este caso sólo podemos confiar en su experiencia cuando es conocida la persona que ha realizado la recopilación.
  • 3. Listas de premios. Aquí puede haber de todo dependiendo de cómo se realice la selección de candidatos y la elección de los premiados.
  • 4. Por referencias. Hay listas que se basan para su selección en cuántas veces se ha recomendado o comentado un libro en artículos en prensa, otros libros, programas y hoy en día en blogs y webs de Internet.
  • 5. Listas comerciales o de superventas. Suelen ser las más habituales aunque no absolutamente recomendables. No hay más que ver que “Las sombras de Grey” y sus secuelas son los libros más vendidos. 
 Y todavía hay otros muchos criterios a tener en cuenta: 
  • La extensión: ¿cuentos cortos, novelas o ambos?, y cuál es el límite: ¿vamos a recoger 20, 100, 1001,... referencias? 
  • El estilo. En Ciencia Ficción se distinguen varios subgéneros, «hard», «soft», “aventuras espaciales” mientras que en libros de Fantasía hay otras tantas: terror, dragones y mazmorras, magia, fantasía heroica... 
  • El ámbito. ¿Libros del siglo XX, de la Edad de Oro de la CF, libros en español? 
  • El destino de estas listas. Si está dedicada a aficionados del género, a público juvenil o a lectores en general. 
Pues con estas ideas llevo varios meses dándole vueltas y al final me ha salido un refrito de todo. He tomado como punto de partida los 100 mejores según NPR (National Public Radio), una asociación americana de emisoras de radio públicas sin ánimo de lucro que pidió a sus oyentes el año pasado que eligieran los 5 mejores libros de Ciencia Ficción y Fantasía. Se recibieron 60.000 votos a 5.000 títulos, de los cuales los 100 más votados aparecen en esta página

También he tenido en cuenta otras listas, como los 70 mejores libros de ciencia ficción de menéame.net, así como los que han recibido alguno de los premios Hugo, Nebula o Locus, los más conocidos en el mundo de la Ciencia Ficción, de los que sólo quiero indicar que el premio Hugo se elige por votación popular, el Nébula por la Sociedad Norteamericana de Escritores de CF y el Locus por los lectores de la revista del mismo nombre, por lo que hay bastantes casos en que un libro ha recibido varios el mismo año. 

Respecto al punto 2 que indicaba anteriormente, por desgracia y por el momento sólo habré leído una tercera parte de estos libros así que me he fijado en la opinión y recomendaciones de Miquel Barceló, editor, traductor y escritor de CF, autor del estupendo libro Guía de Lectura de la Ciencia Ficción, magnífico para introducirnos en el género y que perfectamente puede utilizarse como libro de consulta al incluir referencias a los más importantes libros y autores de la historia. Su única pega es que se publicó en 1990 por lo que ha quedado algo atrasado al no recoger las novedades de los últimos 20 años pero, aún así, esta guía explica conceptos fundamentales para entender quién es quién en este género.

Y ésta es la lista que me ha salido:

  1. El juego de Ender, de Orson Scott Card
  2. Trilogía original de La Fundación, de Isaac Asimov
  3. El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien
  4. La guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams
  5. Neuromante, de William Gibson
  6. Fahrenheit 451, de Ray Bradbury
  7. Yo robot, de Isaac Asimov
  8. Dune, de Frank Herbert
  9. 1984, de George Orwell
  10. Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martín
  11. Pórtico, de Frederik Pohl
  12. Un mundo feliz, de Aldous Huxley
  13. Mundo anillo, de Larry Niven
  14. Flores para Algernon, de Daniel Keyes
  15. 20000 leguas de viaje submarino, de Julio Verne
  16. Tropas del espacio, de Robert A. Heinlein
  17. Crónicas marcianas, de Ray Bradbury
  18. La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin
  19. El fin de la infancia, de Arthur C. Clarke
  20. Contacto, de Carl Sagan
  21. Los cantos de Hyperion, de Dan Simmons
  22. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick
  23. Cita con Rama, de Arthur C. Clarke
  24. La radio de Darwin, de Greg Bear
  25. La guerra de los mundos, de H.G. Wells
  26. El hombre del castillo, de Philip K. Dick
  27. Extranjero en tierra extraña, de Robert A. Heinlein
  28. Rebelión en la granja, de George Orwell
  29. Snowcrash, de Neal Stephenson
  30. Marea estelar, de David Brin
  31. Frankenstein, de Mary Shelley
  32. Los propios dioses, de Isaac Asimov
  33. La voz de los muertos, de Orson Scott Card
  34. La chica mecánica, de Paolo Bacigalupi
  35. La torre oscura, de Stephen King
  36. American gods, de Neil Gaiman
  37. El nombre del viento, de Patrick Rothfuss
  38. La luna es una cruel amante, de Robert A. Heinlein
  39. La guerra interminable, de Joe Haldeman
  40. Huevo de dragón, de Robert L. Forward
  41. La naranja mecánica, de Anthony Burgess
  42. Un fuego sobre el abismo, de Vernor Vinge
  43. Paladín de almas, de Lois McMaster Bujold
  44. La máquina del tiempo, de H.G. Wells
  45. El sindicato de policía yiddish, de Michael Chabon
  46. Las fuentes del paraíso, de Arthur C. Clarke
  47. Criptonomicon, de Neal Stephenson
  48. Cántico por Leibowitz, de Walter M. Miller
  49. Gabriel revisitado, de Domingo Santos
  50. La paja en el ojo de Dios, de Larry Niven

Por poner algún límite, finalmente he elegido 50 libros aunque ésta podría ser una lista interminable ya que aún con las restricciones autoimpuestas, había más de 240 candidatos. Además, de 10 veces que la hiciera me saldrían 10 distintas. 

El más antiguo es "Frankenstein" de 1818, incluído por ser considerado un precursor del género y el más reciente "La chica mecánica" de Paolo Bacigalupi, Premios Hugo y Nébula de 2010 entre otros. También hay un representante español, Domingo Santos con "Gabriel revisitado", reescritura de una novela anterior, "Gabriel". 

Salvo los primeros 20 o 25 que considero obras maestras imprescindibles para cualquier lector, el orden del resto no es demasiado significativo pero creo que se trata de una relación muy apañada que recoge bastantes autores, estilos y épocas diferentes. Espero que los disfrutéis tanto como yo lo estoy haciendo.

La mancha humana - Philip Roth

Escuchando la radio en uno de los interminables desplazamientos que nos impone esta ciudad escuché que alguien recomendaba esta novela. Decía de ella dos cosas: que es una "auténtica novela" y que es un retrato fiel del actual modo de pensar norteamericano.

Una de las cosas que más echo en falta en el carácter norteamericano es su falta de autocrítica, su arrogancia intelectual, moral y en los negocios. Ese creerse líderes del mundo y estar orgullosos de ello. Ese llevar su forma de vida a todas partes, como si fuera la única,  la mejor y más perfecta. La única viable, en definitiva.

Por eso, leer a Philip Roth es como escuchar la voz de la realidad que nos dice que no todo es tan perfecto. Que tras su defensa de la democracia y la igualdad, se esconde el racismo. Que tras su aparente religiosidad y defensa de los valores fundamentales, se esconde el qué dirán y las apariencias por encima de todo. Ese estúpido orgullo que hace mirar por encima del hombro a los que no son como ellos.
Philip Roth nos cuenta una historia de amor, de secretos y de violencia (no solo física), aprovechando para retratar una sociedad hipócrita que no duda en destrozar a un individuo que pronuncia una frase que se puede malinterpretar.


La noche en que Frankenstein leyó el Quijote, Santiago Posteguillo

@SPosteguillo. Hace ahora unos tres años que este autor se hizo conocido con su trilogía sobre Publio Cornelio Escipión. Lo recuerdo nítidamente por ser uno de los primeros libros que leí en edición electrónica. En este blog se han comentado sus cuatro libros anteriores y solo hay que darle al buscador del blog para acceder a ellos. Pero el título sugerente y chocante de este último libro rompía un poco con la tradición de novela histórica de romanos a la que nos tenía acostumbrados por lo que me causó un pequeño impacto solo con la lectura del título. ¿Es este nuestro Posteguillo o nos lo han cambiado?. La cosa quedó ahí hasta que ayer, ya bien entrada la tarde decidí hincarle el diente, sin saber lo que me iba a encontrar. Una agradable decisión que supuso unas muy pocas horas de lectura amena y entretenida sobre un tema, o mejor dicho, varios temas, sorprendentes. Santiago Posteguillo, filólogo, lingüista, doctor europeo por la Universidad de Valencia, es en la actualidad profesor titular en la Universitat Jaume I de Castellón. Muchos datos acerca de él y sus libros pueden encontrarse en su muy recomendable página web donde hemos leído que está preparando la segunda parte de la trilogía sobre Trajano que verá la luz en el otoño del año que viene.

El libro que nos ocupa está compuesto de una serie de relatos independientes sobre muchas curiosidades que rodean al mundo del libro y de las letras. Empezando por el primer uso del alfabeto en la clasificación, el autor nos desvela numerosas curiosidades surgidas a lo largo de la historia, muchas de ellas desconocidas al menos para mí, y que me han supuesto un rato de lectura ameno y agradable. Poco rato, bien es verdad, por que se me ha terminado el libro en un suspiro. Cuestiones como si Shakespeare es o no el autor de sus libros, quién fue el autor del Lazarillo de Tormes, como Alejandro Dumas solo impuso un toque de gracia en sus famosas novelas, como se publicó casi por azar el primer libro del mago Potter, el último vuelo de Saint Exupery, la piratería informática en tiempos de Dickens y unos relatos más para acabar con la visión del autor acerca del actual libro electrónico.

Estos textos han ido apareciendo en el periódico Las Provincias en forma de entregas para desvelar el mundo secreto de los libros. Relatos cortos, interesantes, muy amenos e instructivos, un paseo fresco como música para los oídos en un viaje por la historia de los libros en una faceta hasta ahora desconocida de este autor. Puede ser uno de esos libros que no hay que leer con continuidad y que retomamos de vez en cuando, en momentos puntuales, entre lectura y lectura, para leer uno o varios capítulos. Como hemos dicho, son historias independientes que pueden ser leídas en momentos diferentes. Al igual que para el autor puede haber supuesto un descanso y un hacer-otra-cosa entre tanto romano, a nosotros nos puede venir bien para intercalar entre lecturas más enjundiosas. Muy recomendable y con numerosas pistas de grandes libros de la literatura universal que deberíamos de leer si no lo hemos hecho.

Como a todo conviene ponerle un pero, es un libro muy caro para lo ofrecido en su versión en papel y tremendamente caro hasta rayar lo prohibitivo en su versión electrónica.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Isabel la Católica, Manuel Fernández Álvarez

En una entrada publicada hace un par de meses en este mismo blog de otro libro sobre la biografía de Isabel La Católica, mencionábamos a este autor, Manuel Fernández Álvarez, catedrático emérito de Historia Moderna y miembro de La Real Academia de La Historia, como gran experto y una referencia en la historia de España en la segunda mitad del siglo XV y todo el XVI, que es como decir desde los Reyes Católicos hasta Felipe II, una época de esplendor en la historia de España, aunque también de luces y sombras como reza el título de otro libro de este mismo autor. El tema está de moda en estos días en que ha finalizado la emisión en RTVE de la primera tanda de la serie sobre esta reina. Bien realizada y con cierto rigor en el fondo, la serie es muy recomendable porque puede complementar nuestros conocimientos de historia de una forma entretenida, eso si, de forma parcial por ahora, hasta el momento en que Isabel es coronada Reina de Castilla en 1474 a los veintitrés años.

Como no puede ser de otra forma, el libro narra los aconteceres de la reina Isabel desde su nacimiento en 1451 hasta su muerte en 1504. Toda una vida llena de avatares desde su niñez hasta su muerte en una época en que se escribieron dos grandes gestas de la historia de España, como son la finalización de la Reconquista y el descubrimiento de América. Pero hubo otras muchas cosas, intrigas, guerras fratricidas, la Inquisición, expulsión de los judíos, conquista de Melilla, problemas con Portugal y Francia, y un sinfín de hechos que son los mismos, no podía ser de otra manera, en todas las biografías que podamos leer de este personaje.

El autor narra la historia de forma amena y entretenida, ajustándose a hechos reales y documentados. Intercala entre sus párrafos textos complementarios de la época que dan una nota exótica con el lenguaje y la redacción del castellano antiguo. Al final del libro se encuentra una parte importante de información complementaria sobre la época. Nadie duda que Isabel es uno de los personajes clave en la historia de España y acercarnos a él y mejorar nuestro conocimiento de la historia es siempre agradable.

El propio autor nos dice “que se trata de un personaje importante, lo sabéis muy bien; puede que no haya otro igual en toda nuestra historia. Y que en su reinado ocurrieron grandes cosas, algunas de las que invitan a las recias polémicas, también lo sabéis perfectamente. Por eso he de confesaros que escribí este libro con el mayor cuidado. Pero también con gran ilusión, incluso con pasión a veces. Pues bien: yo quisiera que algo de esa ilusión y de esa pasión llegara hasta vosotros. Eso querría decir que mi tarea no ha sido en balde.”

Rescatando el final de la entrada anterior antes aludida, decir que la bibliografía sobre esta mujer y los personajes de su época es inmensa, pudiendo consultarse una relación en este enlace a la biblioteca Cervantes, que no es exhaustiva pero si muy completa.

martes, 4 de diciembre de 2012

Juegos de la edad tardía, Luis Landero

Se trata de la primera novela de este autor, publicada en 1989, resultando al año siguiente galardonada con el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa. Luis Landero nació en Alburquerque, Badajoz, en 1948, en el seno de una familia campesina extremeña, que emigró a Madrid a finales de la década de los cincuenta. A los quince años escribía poemas al mismo tiempo que trabajaba como mecánico en un taller de coches y chico de recados en una tienda de ultramarinos Se licenció en filología hispánica por la Universidad Complutense, ha enseñado literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y fue profesor invitado en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Como ya se ha mencionado, se dio a conocer con la novela que comentamos, a la que siguieron Caballeros de fortuna (1994), El mágico aprendiz (1998), El guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007, XV Premio Arzobispo Juan de San Clemente), Retrato de un hombre inmaduro (2010), y su reciente Absolución (2012), todas ellas publicadas por Tusquets Editores. Traducido a varias lenguas, Landero es ya uno los nombres esenciales de la narrativa española. Ha escrito además el emotivo ensayo literario Entre líneas: el cuento o la vida (2000), y ha agrupado sus piezas cortas en ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004).

Los anhelos de una vida de intelectual que Gregorio Olías pretendió en su juventud estaban perdidos al haberse convertido en un oficinista gris que atendía el teléfono en una empresa de vinos y aceitunas. Un día, un vendedor destinado en un pueblo perdido contacta con él para hacerle un pedido y comienza un diálogo sobre la ciudad y sus eventos que llevará a nuestro protagonista a recrear una historia llena de mentiras. Desde el otro lado de la línea, Gil Gil Gil, convertido en Dacio Gil Monroy, alimenta la vanidad de Gregorio que desdobla su personalidad en la de Augusto Faroni, culto, poeta, escritor y triunfador, con una vida intelectual, profunda que solo existe en la mente de Gregorio y de su seguidor telefónico, que necesita alguien en quién volcar sus expectativas truncadas. El andamiaje de mentiras va creciendo hasta que Gil se presenta en la ciudad dispuesto a vivir la realidad de todo lo que hasta ahora era simple palabrería. Gregorio no se vuelve atrás y sigue adelante con su farsa llegando a situaciones esperpénticas, que alcanzan a su mujer Angelina, su madre y todo su entorno, llegándose a ausentar de casa y de su trabajo y maquinar una trama de persecución política solo existente en su imaginación y la de su admirador. La imaginación es gratis y la admiración incondicional hace ver las estrellas a pleno día.

Sería incapaz de decir si el libro me ha gustado o no, porque cuando trato de decidirlo paso del blanco al negro con suma facilidad. Por un lado hay que quitarse el sombrero ante la riqueza de vocabulario y el estilo impecable con que el autor acomete y desarrolla el relato, con un manejo espléndido del lenguaje que es, por momentos, verdadera música para el lector. Pero se podía haber buscado otra historia o hacerla un poquito más verosímil. Una idea central que se desgrana en matices infinitos, al convertir una vida real mediocre y anodina de un oficinista en una serie de hechos inventados dentro de una atmósfera irreal cada vez más complicada, haciendo gala de una desbordante imaginación que se adentra en lo absurdo. Personajes vulgares, sin resplandor en sus opacas existencias, se convierten en fulgurantes héroes actuales y reales con solo dejar volar la imaginación. Podemos ser, imaginar ser, lo que queramos, escapando del entorno negro que nos rodea. No sé si hubiera llegado al final de esta novela de no ser por la “obligación” del club de lectura pero me quedo con ganas de leer otras cosas de este autor. Al menos si la historia no me gusta preveo divertimento en la prosa.

Un par de párrafos extraídos del libro:

En cuanto se acostó Angelina, Gregorio se instaló en la sala y deslazó la caja de zapatos. Temeroso quizá de haber perdido el favor de las musas, o de no encontrar, agobiado por la responsabilidad y los años, el ardor de las pasiones juveniles, se concedió una tregua: despejó la camilla, cargó la pluma, aguzó el lápiz agrupó las virutas, numeró las páginas de la libreta -sin caer en la cuenta de que aquellos interminables preparativos eran los mismos que habían enredado a Gil en sus noches de bachiller autodidactoy quedó sometido a los caprichos de la inspiración.

Son hijas bastardas del grito y legítimas del susurro -cuchicheó-. De cintura para abajo se les condensan todas las neblinas. Tienen allí el alma en vinagreta. Son húmedas de por sí. Hasta las beatas adoratrices llevan bragas. Las hay blancas y negras, y de todos los colores y más que el arco iris. Se las quitan y se las ponen. Limpias y sucias. Suben una pierna y luego la otra, y se las ajustan a la horcajadura. También las monjas. Todas. Y eso durante siglos. Da escalofríos pensarlo, ¿eh? Imagínese, ilustre amigo, la reina con el caballerizo, el abad con la costurera, la marquesa con el mastín, la peluquera con el fresador, arriba y abajo, poner y quitar, y siempre lo mismo. No me negará estos hechos. Mire -y se llevó las manos a los bolsillos-. ¿Ve esto? -y fue dejando sobre la mesa una pelota de pimpón, tres avellanas, cuatro horquillas, una barra de labios, dos pinzas de la ropa y unas bragas marchitas-. Esto es todo lo que quedó en la fonda. ¿Ve? Todavía huelen -y se las metió a Gregorio en las narices.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd

Novela histórica, de perfecta ejecución
 exquisito relato de la vida de este
polémico escritor.
Puntuación 4/5

El autor en esta novela histórica situa a Oscar Wilde en los últimos años de su existencia, en la ciudad de París, escribiendo un diario fechado desde el 9 de Agosto a 30 de Noviembre de 1.900, donde malvive merced a los sablazos perpetrados a sus allegados, exiliado  y aborrecido de la sociedad inglesa, como un producto pernicioso y depravado del vicio de sus calles.
Allí lejos de Inglaterra, adopta el nombre de "Sebastián Melmoth" parapetando así su verdadera identidad.
Quien en otro tiempo fuera escritor, conferenciante y periodista reconocido, creador de modas literarias, pionero en estrafalarias actitudes y vestimentas, hoy, se guarece en otro país, víctima de sus propios errores y de  un proceso judicial en donde diseccionaron sus debilidades como persona y sus vicios sexuales y diletantes.
Escondido en París, decide iniciar un diario, con mera pretensión de entretenimiento y exhumación de recuerdos e ideas, en el que escribe, desde el presente, en primera persona, oteando su pasado, tropezando con las causas de su actual aflicción y del desmoronamiento de su vida.
En la novela, aparece su pérfida biografía, mostrando con sinceridad y sin eufemismos a los miembros de su compleja familia, su condición de bastardo, el alcoholismo de su madre, la frialdad paterna, sus conatos infantiles como extraño niño irlandés en la sociedad británica. Sus prejuicios hacia los ingleses se expresan en el diario con estas frases:
"No era popular, pero me aceptaban. Aunque estos eran hijos de Irlanda; después aprendí que los ingleses son capaces de reírse y golpearse al mismo tiempo sin el menor remordimiento. Este es el secreto de su triunfo como nación."
Van desfilando matices de su afilada pluma, sus primeros escritos y obras de teatro, su condición de referente en los círculos bohemios literarios y artísticos, en una nación que lo alaba y emula con la hipócrita cautela de la traición. Se confiesa víctima de su propio histrionismo en estos términos:
"al verme imitado comprendí inmediantamente que si quedaba atrapado en mi personalidad estética, ésta podría convertirse en un íncubo. La imitación no consigue cambiar al imitador, pero si al imitado."
Pero, mientras aventa recuerdos en el escrito, sigue contándonos su agrio presente, su precaria economía, el abandono y desprecio de los británicos hacía él, la camada de amantes que lo soportan y aprovechan su díscola fama, postreros carroñeros de su ingenio, de su devaluada condición de exitoso escritor. Un presente de un sabor acre, decadente, sin retorno.
Desentierra el recuerdo culpable de su esposa Constance y de su hijos, Cyril y Vyvyan, a los que repudió al escoger la alternativa del alcohol, de la vida nocturna y disoluta, en brazos de homosexuales, de amores adolescentes y mercenarios, incapaz de afrontar la monotonía y simplicidad de una vida marital convencional. Se abandona en una bacanal de lujo, vicio y desplifarro, sintetizado en estas líneas:
"Alquilé un cabriolé que me seguía a todas partes y, en mi huida de la vida doméstica vivía en restaurantes, hoteles y apartamentos privados. Solía sentarme en el Café Royal y discutía cosas improbables con personajes imposibles. Era vano y el mundo adoraba mi vanidad. Si hay algo que los ingleses admiran es el éxito..."
Narra la depravación de barrios londineses como Southwark y Clekenwell centricos y vergonzantes donde se solazaban en el desenfreno los miembros más escabrosos de la ciudad:
"Me entrego, por qué no admitirlo, a la compañía de la bebida y de muchachos; los chicos resultan más caros aunque, desde luego, son bastante mas maduros. En realidad la bebida me produce mejor efecto pues, según tengo entendido, impide que me vuelva aburrido. Algunas personas beben para olvidar; yo bebo para recordar. Bebo para comprender lo que digo y para descubrir lo que ya sé."
Incluye  en el diario, con dramático dolor, la escocedura del proceso judicial. Su procesamiento y condena, la  reclusión en los establecimientos penitenciarios de Pentonville y Reading, la infamia de los transporte, la tétrica arquitectura de las prisiones, las insalubres instalaciones, el trato degradante al que fue sometido. Denuncia la dispensa a los presos de vejaciones físicas y psicológicas. Narra la humillación de ser obligado a coser sacas de correos, la incomunicación en celdas de castigo, las secuelas físicas con un daño incurable en uno de sus oídos y la perdida de visión.

 El libro está escrito con la maestría característica de este autor, con su estilo fluido y contundente, administrando los datos biográficos y las conexiones con el supuesto diario, sin altibajos ni incurrir en el error de atormentar con muchas fechas y acontecimientos, matizando la diferencia entre el género de la novela y la biografía.
Se percibe que Peter Ackroyd es un erudito de la época y del personaje, y utiliza un estilo con una prosa en la que imposta a la perfección el estilo cáustico e incisivo de Oscar Wilde, con su inmersión y evocaciones mitológicas. Una demostración plausible de oficio y del profundo conocimiento de la obra del autor, en la que entrevera frases y expresiones de Wilde, con una sutileza y discrección sorprendentes, virtud esta, sólo reservada a grandes escritores como Ackroyd.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Brooklyn Follies; Paul Auster

Bienaventurados los que aún no han leído este libro pues ahora ya esta avisados

Puntuación 2/5




¡ADVERTENCIA!
Esta reseña, puede herir la sensibilidad de los seguidores y acólitos de Paul Auster. Por favor, ABSTÉNGANSE de leerla.-

Nathan Glass es un maduro agente de seguros diagnosticado de cáncer de pulmón. Tras luchar contra la enfermedad y recibir la esperanzadora noticia de su mejoría, decide jubilarse y comenzar una nueva vida en el barrio que le vio crecer, Brooklyn. Allí intentará cauterizar las heridas de la enfermedad, de un conflictivo divorcio, la difícil y distante relación con una hija anodina, y, sobre todo, la tendenciosa soledad de su vida.
Deambulando por las calles de su antiguo barrio, recala en una librería de segunda mano, donde entabla amistad con Harry Brightman o Dunke, un individuo sarcástico, locuaz y retórico, con un pasado proceloso y delictivo en fraudes artísticos, personalidad aderezada por su condición de padre homosexual. Por casualidad, el sobrino de Nathan, Tom Wood, es uno de los empleados. Este familiar, hijo de una hermana fallecida, era un joven con grandes expectativas como "doctorando" en literatura americana. Ahora, arrumbado en la librería desempeña labores de archivo, después de un peligroso pasado laboral como taxista neoyorkino, tras el inesperado abandonó de la tesis doctoral, de la docencia y la investigación. Al desvelarse estas contingencias, Tom, habla de su hermana Rory, una niña despierta, prometedora y díscola en su infancia y actualmente con un tortuoso bagaje por el mundo de la pronografía, conocida como "Rory la Magnífica", la hostelería, la música, las drogas, las sectas religiosas y la maternidad. Sorprendentemente, como todas las concatenaciones de los argumentos en las novelas de este escritor, aparece en la novela Lucy, la hija de Rory, que con sus 10 precoces años, desciende en solitario del autobús, en un viaje desde Carolina del Norte hasta el mismísimo Brooklyn, para ser cuidado por Tom y Nathan. Tras estas viandas argumentales, antes expresadas, en la novela se suceden, una larga lista de situaciones, la mayoría de ellas rozando el absurdo y el límite de la credibilidad. Entre ellas, como lista enunciativa: fraudes en grado de tentativa y consumación, amorios previsibles de lángida semblanza, enigmáticas conversiones al lesbianismo, infartos, sabotaje de vehículos por cándidas niñas de 10 años, masturbaciones intempestivas, taimados intentos de seducción a camareras, un delirante pasaje de transformismo en un entierro, felaciones con propósitos de liberación religiosa, eso si, con el aliciente argumental de un enorme pene del reverendo, enamoramientos otoñales, herencias de fortunas en sorpresivos legados, y eso, si, aburrimiento, mucho, muchísimo aburrimiento.
Ahora entiendo a Miguel Angel cuando confesaba en este blog su incompatibilidad con la lectura de las obras de Umberto Eco o su frustrado intento de asimilar "en busca del tiempo perdido", de Marcel Proust.
Confieso mi ignorancia en materia literaria. Mis rudimentos son básicos, desordenados y precarios, pero si soy un ávido lector, dispuesto a zambullirme en cualquier tipo de libro y muy reflexivo con lo que leo y con las intenciones del que lo escribe y publica. Soy un maestro en saber lo que me gusta, entretiene, seduce o decepciona y escama.- Y con este libro, y sobre todo con este escritor, todo tiene un tufo de estafa editorial y oropel. Un escritor que me aburre hasta el hastío, con un estilo ramplón, tedioso, lineal, con supuestas sorpresas en la trama histrionicas y bochornosas. Las meditaciones y disgresiones del autor, exhaladas por sus personajes, son una seudofilosofía fútil e intranscendente, vacia de contenido, acuñada, imagino, en tertulias compartidas con sesudos intelectuales de su jaez o en profunda reflexión en la terraza del hotel tras recibir el Premio Príncipe de Asturias rodeado de adoratrices de muchos Ministerios y Consejerias.
Los personajes de la novela han sido alumbrados por el calibre del menguado cajón de sastre del escritor y deambulan por el relato con la misma torpeza arbitraria que por la imaginación del Paul Auster.
Como en este blog escriben y leen personas mucho mas versadas y con una mayor aptitud para la hermenéutica de la novelística norteamericana contemporánea, estoy preparado para la avalancha de opiniones contrarias a lo expuesto en esta mi entrada.
Pero como postrer alegato afirmo que A Dios pongo por testigo que nunca más leeré a Paul Auster....
Este tipo de libros, en mi opinión, junto con la nota de promisión y colorista del editor en la portada del libro, glosando las virtudes de la prosa por leer y las sorpresas narrativas por paladear en sus páginas, debieran de llevar impreso el siguiente texto admonitorio:
"-Advertencia-
Algunos lectores, en o tras la lectura de las páginas de este libro puede padecer alguno de estos síntomas, aislada o simultáneamente: somnolencia, tedio, perplejidad, sonrojo, enfado, decepción, incomprensión, estupor, aturdimiento, manifiesta intención de cerrar sus páginas, de darle usos alternativos al papel  o resetear el E-book, e incluso, en casos extremos, imperiosas ganas de encender la televisión."