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viernes, 28 de marzo de 2014

Regreso a tu piel, de Luz Gabás

@Planetadelibros Segundo libro de esta autora tras su exitoso «Palmeras en la nieve» del que se han vendido 500.000 ejemplares y en estos momentos está siendo llevado al cine en formato película. Como puede leerse en el dossier de prensa, Luz Gabás Ariño nació en 1968 en Monzón (Huesca). Los mejores momentos de su niñez y adolescencia también transcurrieron entre el pueblo de su familia paterna (Cerler, en el Valle de Benasque) y el de su familia materna (Serrate, en el Valle de Lierp). Después de vivir un año en San Luis Obispo (California), estudió en Zaragoza, donde se licenció en Filología Inglesa y obtuvo más tarde la plaza de profesora titular de escuela universitaria. Durante años ha compaginado su docencia universitaria con la traducción, la publicación de artículos, la investigación en literatura y lingüística y la participación en proyectos culturales, teatrales y de cine independiente. Desde 2007 vive en el precioso pueblo de Anciles, junto a la Villa de Benasque, donde se dedica, entre otras cosas, a escribir.

Brianda es una joven y dinámica mujer que vive en Madrid con su pareja, Esteban, y que un día sufre un ataque de ansiedad con ocasión de una presentación importante en su empresa. Recomendado un descanso, se traslada al ambiente familiar de su niñez en el pirineo oscense, para pasar unos días de retiro con sus tíos Colau e Isolina. Conoce de forma fortuita a Neli, una «wicca» moderna que parece conocer sus interioridades y la lanza mensajes extraños en relación con lo que la ocurre. Una serie de sueños reveladores mezclados con historias del pasado intranquilizan y soliviantan a Brianda en una serie de «dejá vu» que la fuerzan incluso a caer de forma irracional en los brazos de Corso, un inquietante italiano que está remodelando la antigua hacienda Lubich perdida en un valle cercano. Su tío, Colau, un estudioso de las historias ancestrales de la zona, se muestra frío y distante con ella, que en el último momento antes de su regreso a Madrid asalta su despacho y le sustrae un antiguo anillo con la inscripción en latín «Omnia mecum porto (Llevo todo conmigo)» que coincidía con la grabación en la lápida de una de las tumbas que visitó en los exteriores del cementerio. De vuelta a Madrid, Brianda no mejora, amén de sufrir un revés laboral hasta que recibe la noticia del fallecimiento repentino de su tío Colau, lo que la hace regresar de nuevo a Tiles donde se encontrará de lleno y revivirá vívidamente la historia acaecida a finales del siglo XVI en la que Brianda de Lubich, única heredera del condado de Orrum, verá venirse el mundo abajo al ser asesinado su padre y entrar en una espiral de lucha por el poder que la llevará a ser ajusticiada con otras veintitrés mujeres. Pasado y presente entrarán en conexión íntima y supondrán un choque emocional en nuestra protagonista para la que en su regreso a la realidad todo habrá cambiado.

Como nos comentó la propia autora en el encuentro mantenido con ella hace unos días, el origen de este libro está en el manuscrito encontrado por un párroco en las obras de reparación de la torre de su iglesia y que se encuentra reproducida en la contraportada del libro y al final de esta entrada. Entre otras muchas anotaciones, figuraba el ajusticiamiento de veinticuatro mujeres por brujas a finales del siglo XVI acompañadas de los registros de tesorería con los gastos extra del campanero, el verdugo y la taberna los días de las ejecuciones pero sin ninguna referencia más. Y todo ello sin intervención de la Inquisición, sino por un proceso declarado en el concejo: «una matanza indiscriminada y salvaje de mujeres» en palabras de la propia autora. Una de las mujeres es precisamente Brianda de Lubich, lo que dio alas a Luz Gabás para investigar y brindarnos esta historia, que en realidad son dos hábilmente embridadas.

Son 529 páginas conteniendo 165.083 vocablos de una redacción cuidada que introducen de pleno al lector en una historia novelada acaecida hace cuatro siglos donde primaba la supervivencia y la lucha en busca de una justicia que no siempre llegaba, incluso para los poderosos. En todo este devenir, una historia de amor inacabada que traspasará el tiempo y por la magia de la literatura tendrá un final feliz cuatrocientos años después. Muchos de los personajes, los de ahora y los de antes, tienen una gran fuerza y personalidad y las descripciones de los lugares en los que transcurre la acción nos llevan a un mundo idílico que existe y podemos visitar hoy en día a poco que nos traslademos a esos hermosos valles Pirenaicos. Los sucesos son narrados con gran maestría y vocabulario comedido, a ritmo normal al principio pero se va acelerando a medida que transcurre la acción dejando al lector adictivamente enganchado. Las emociones están aseguradas a lo largo de todo el texto que será un disfrute especialmente para los amigos de la novela histórica.

Tras esta lectura y antes de que esté disponible la película habrá que ponerse sin dilación con «Palmeras en la nieve».

Aunque esto no tiene que ver con la literatura, mi deformación profesional me lleva a aludir al tema de las «regresiones hipnóticas», el recurso utilizado por la autora para llevar a Brianda a través del tiempo. En sus propias palabras «algo misterioso, atrayente y controvertido» a lo que me gustaría añadir, para personas más interesadas, su poca o ninguna base científica por más que muchos se empeñen en concederla una validez que no tiene. Información científica sobre las «regresiones hipnóticas» y la «hipnosis» en general se puede encontrar en este enlace.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Encuentro de blogueros con Luz Gabás


@Planetadelibros Con motivo de la reciente publicación del segundo libro de Luz Gabás, que lleva por título «Regreso a tu piel», la editorial Planeta propició un encuentro de blogueros y personas relacionadas con el mundo del libro en internet con la autora.

Una Luz cercana y muy distendida nos contó con todo lujo de detalles las vicisitudes que han rodeado la gestación de la novela. Allá por 1980 un párroco de un pequeño pueblo del pirineo oscense descubrió un fajo de manuscritos en las obras de reparación de la torre de su iglesia. Aparte de mucha información sobre diferentes hechos locales entre 1576 y 1636, dos páginas daban cuenta de una relación de mujeres ahorcadas por brujería en 1592 y eso sin intervención de la Inquisición, sino simplemente del concejo. Estos temas han sido más objeto de estudio en el País Vasco, Navarra o Cataluña y menos en Aragón o más concretamente en el Alto Aragón. Con esta base, la autora investigó más el asunto y entretejió los hilos de esta novela que presenta dos momentos temporales enlazando una historia actual con aquellos sucesos de finales del siglo XVI. La vida y la magia de los valles de los Pirineos Oscenses, que la autora conoce y domina por su ascendencia y su vivencias, cobrarán vida en el relato transportándonos a situaciones que funden el pasado y el presente dando al lector la oportunidad de discernir entre lo que es cierto o lo simplemente posible. En palabras de la propia autora, la historia de amor que contiene la novela es potente y redonda, pero eso serán los lectores quienes lo juzgarán.

El encuentro propició también numerosas referencias a su anterior novela «Palmeras en la Nieve» y la película que en estos momentos está en fase de gestación y que según nos comentó tiene muy ilusionada a Luz dado que, aunque no tiene ninguna intervención en su desarrollo, confía en el guionista y en el equipo encargado de llevarla a las pantallas. Sobre nuevos proyectos no hay referencias ya que se encuentra en un período de descanso y relax tras el esfuerzo que le ha supuesto la redacción de «Regreso a tu piel» a la que se ha dedicado a tiempo completo, todo el tiempo que le permitían sus obligaciones familiares.

Solo una de las personas presentes acudió con el libro ya leído y todo fueron parabienes sin revelar nada que pudiera condicionar la lectura de los demás. Inmediatamente tras el encuentro he comenzado la lectura de la novela que ya desde sus primeros escarceos resulta altamente adictiva con unos personajes y unos escenarios muy atrayentes y que a buen seguro depararán muchas sorpresas y alegrías. Comentaremos en breves días nuestras impresiones en este blog.

Nuevamente agradecer a Editorial Planeta y a la autora la realización de estos eventos y su invitación a los mismos que nos permiten poner cara a los que a través del mundo frío de internet estamos interesados en promocionar los hábitos de lectura.


viernes, 21 de marzo de 2014

Arte de estudiar, de Marcel Dunois y Eduards Adams

Quizá sea algo pretencioso considerar el estudio como un arte pero si es una preocupación de gran calado en los estudiantes cuando se enfrentan a tareas de memorización y estudio en el colegio. Aunque no figura con precisión en su interior, el libro debe de estar editado en los años treinta del pasado siglo XX por una anotación de su propietario junto a su nombre y algunas notas sobre aspectos interesantes contenidos en sus páginas. Los cometidos profesionales de sus autores, uno de ellos profesor auxiliar del «College de France» y el otro un preparador de estudios del «Michigan Institute» en aquellas fechas, suenan como importantes y entendidos en la materia.

El libro está dividido en trece capítulos que versan sobre temas relacionados con la memoria, la inteligencia, los sistemas mnemotécnicos y mnemotecnográficos, formas de abordar las diferentes disciplinas según sean técnicas o humanísticas, retentiva y fijación, preparación de discursos, formas de oratoria, gráficos y dibujos, disposiciones espaciales, sistemas de subrayado, corolarios y en general todo lo relacionado con el título incluyendo recomendaciones de aspectos relacionados con la alimentación y el ejercicio físico tendentes a desarrollar aquel viejo concepto de «mens sana in corpore sano».

Una frase al comienzo del libro, de nuestro insigne Miguel de Cervantes, con mucha enjundia:
«Y si de estudiar se trata, que libro comparable ni mejor al siempre abierto y fecundo de la vida»
En mi opinión, muchas de las ideas vertidas en sus páginas están hoy ampliamente superadas por desarrollos de disciplinas tales como la psicología, aunque muchas de las ideas son de aplicación en la actualidad. El lenguaje utilizado es técnico y por momentos farragoso, por lo que puede resultar difícil de seguir por el lector y en mayor media si lo que se está buscando son recetas sencillas, prácticas y efectivas. En todo caso y aunque solo sea por su antigüedad, una lectura merecida y curiosa.

jueves, 20 de marzo de 2014

LIVE, Javier Ruescas

@javier_ruescas Tercer y último libro de la trilogía «PLAY», segunda de las publicadas por este autor tras «Cuentos de Bereth». Un par de libros independientes, «Pulsaciones» y «Tempus Fugit» componen el ramillete de ocho libros ya publicados por este joven autor de veintisiete años. Creador de la web de la Saga Crepúsculo, con web propia y fundador y editor de la revista electrónica «El templo de las mil puertas», Javier se desenvuelve como pez en el agua en las redes sociales donde cuenta con miles de seguidores en todo el mundo a los que atiende casi de forma individual. Sus libros están enfocados, por el momento, a un público mayoritariamente juvenil, con el que sincroniza y sintoniza de forma muy especial como puede comprobarse fácilmente a través de su cuenta de twitter y sus muy visualizados videos en su canal de youtube. Últimamente se ha incorporado como profesor a la Escuela de Escritores de Madrid en un curso sobre creación de personajes, además de colaborar con editoriales en la prelectura de obras presentadas para su publicación y participar en numerosos actos y encuentros relacionados con el mundo del libro y la literatura.

Leo y Aaron han vuelto a Madrid tras su aventura americana y están rehaciendo sus vidas por su cuenta, alejados de la residencia familiar. Leo trabaja como actor en una serie de televisión mientras que Aaron estudia diferentes opciones para redirigir su vida artística. Reciben la visita inesperada de un gran amigo que dejaron en América, Ícarus, que les propone y les arrastra a un viaje en coche por varias ciudades de Europa acompañados de tres jóvenes, dos de ellas conocidas de anteriores aventuras, Zoe y Emma y una novedad: la periodista Selena. Durante el viaje ocurrirán todo tipo de situaciones entre ellos y ellas y con el público que les reconoce dada su fama mundial y llega a atosigarles en la petición de fotos y autógrafos, especialmente en los conciertos callejeros improvisados que deciden ofrecer a sus fans. Recuperarán algunas amistades y tendrán algunos problemas con el «famoseo» al llegar engañados a la televisión pública francesa, aunque serán bien resueltos antes del salto a Londres, la última ciudad visitada. Sin embargo, la sorpresa final, que no se puede desvelar y que sirve de cierre a la trilogía es inesperada.
«Porque sabía que esa clase de amor no necesita de esfuerzos. Nace con la naturalidad de una melodía y trepa por cada órgano de nuestro cuerpo con la terquedad y la decisión de una música que no te puedes quitar de la cabeza. Un amor que arranca de cuajo el metrónomo de tu alma para marcar un compás completamente nuevo, el de la otra persona, para el resto de tu vida.»
La acción se desarrolla de forma rápida y dinámica manteniendo al lector muy pendiente de las relaciones entre los jóvenes, de su visión de la vida y de su paso por bellos escenarios europeos en algunas de las más bonitas ciudades del continente: Barcelona, Florencia, Munich, Salzburgo, Paris y Londres en las que el autor nos atisba su magia como base a un desarrollo de situaciones emocionales entre los jóvenes muy bien argumentadas y desarrolladas. Aunque se trata de un libro para un público juvenil he disfrutado leyéndolo a pesar de no ser precisamente joven porque las descripciones son muy imaginativas y verosímiles, espejo de lo seguramente que ocurre en la vida real. Enhorabuena, una vez más, a este autor y ahora quedar a la espera de ver sus nuevos embarques literarios.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Ángelus - Jorge Iglesias Manzano


@angeluslanovela Jorge Iglesias Manzano presentó su novela en la Universidad Carlos III @uc3m la pasada semana, y en su página de Facebook dispone de un enlace para ver la presentación, que me resultó subyugante, y de la que salí con el libro para empezar a leerlo de inmediato. La novela va ya por la tercera edición, ya que la primera creo fue en el pasado mes de Septiembre.
Lo peor de todo es que me lo he tenido que leer en papel, y yo, tan acostumbrado como estoy a la lectura electrónica, me resulta muy difícil y pesado volver al papel, pero eso fue lo único malo, porque la historia es impresionante.
No sé en que género calificar la novela, pero como apasionado lector de novela histórica, la voy a considerar así, porque tiene muchas verdades, y las ficciones están tan bien asociadas a realidades ocurridas en el tiempo, que apasionan a cualquier persona que se ponga a leerla y disfrutarla.

La trama, fundamentada en hechos reales, ocurridos al final de la guerra civil española, tiene como protagonistas a ciento cincuenta y dos cuadros expuestos en el museo de El Prado, entonces dirigido por Pablo Ruiz cuyo segundo apellido omito. El director del museo decide sacar esos cuadros para salvaguardarlos de los posibles destrozos que puedan sufrir ante el expolio que pudieran realizar los inminentes vencedores de la guerra. Los cuadros recorren muchos lugares, y finalmente se asientan en Suiza, donde el director de El Prado, junto con otros ayudantes proporcionados por gente de la Iglesia y otro famoso pintor catalán, deciden copiarlos para salvar ese patrimonio, máxime en una coyuntura en la que está a punto de comenzar la segunda guerra mundial.

Franco, ya vencedor de la guerra, reclama los cuadros, pero lo que vuelve a España no son los originales, sino las copias realizadas, que lógicamente han alcanzado la perfección. Y el director de El Prado, Pablo Ruiz y el pintor catalán son los encargados de depositar los ciento cincuenta y dos cuadros en un lugar seguro para devolverlos al pueblo, propietario de esa cultura, en el momento oportuno.

Setenta años después, alguien descubre que alguno de los cuadros de El Prado no son originales y comienza la trama para encontrar los verdaderos, que son buscados por muchas personas, muchas de ellas sin escrúpulos, y que están dispuestos a todo.

Y no voy a profundizar más, la historia, para los amantes del arte, no tiene precio, pero para los amantes de la novela histórica, engarzando multitud de hechos acontecidos durante esos años con la trama novelesca, me ha parecido sublime. Los personajes relacionados con la religión, pues la vida misma, gente bondadosa y gente perversa, en todos los ámbitos hay de todo. Y para los románticos, como van a faltar las típicas historias de amor, y algunas con religiosos de por medio, pero sobre todo considero que es una maravillosa historia de amor al arte.

Resumiendo, una novela intensa, en las que sus 700 páginas casi se te hacen cortas, y lástima que el autor no se decida a publicarla en formato electrónico. Mi calificación 5/5 y no me siento generoso, sino justo con mis convicciones.


martes, 11 de marzo de 2014

Y al final, la guerra. La aventura de las tropas españolas en Irak, de Lorenzo Silva y Luis Miguel Francisco.


@VilaSilva Hoy se cumplen exactamente diez años del mayor atentado terrorista de la historia de España. Parece que nunca sabremos a ciencia cierta si los autores colocaron las bombas en los trenes en forma de venganza por la intervención española en la guerra de Irak, al lado de norteamericanos e ingleses. Este libro relata, precisamente, la participación de los soldados españoles en esa guerra de Irak hace también por estas fechas el mismo número de años: diez.

A pesar de mi confesa pasión por Lorenzo Silva, desconocía este libro cuya primera edición es del año 2006, si bien este autor figuraba en segunda posición tras Luis Miguel Francisco. En esta segunda edición que ha visto la luz hace unos días, el orden de los autores se ha alterado con lo que la cosa cambia, sustancialmente. Luis Miguel Francisco nació en Madrid en 1973 y sirvió en las Fuerzas Armadas españolas en el arma de Caballería estando presente en varias misiones en Bosnia Herzegovina. Es autor también de un libro sobre otro tema interesante, «Annual 1921, crónica de un desastre», publicado en 2005 y colaborador especializado en diferentes revistas y publicaciones sobre temas militares. Del otro autor, Lorenzo Silva poco podemos añadir a otros comentarios de sus libros realizados en este blog, que pueden ser refrescados en su página web o en su blog.
«Pero la diferencia más ingrata entre un soldado español, un inglés o un americano es el respeto que su pueblo le tiene. »
En el prólogo de este libro de 340 páginas en su edición impresa o 130.000 vocablos en la electrónica, los autores explican cómo se formó el tándem a finales de 2004 para desarrollar una intensa actividad de recopilación de información a base principalmente de entrevistas directas con los militares que habían participado directa y activamente en la misión. Para aquellos interesados, este prólogo puede leerse completo y de forma libre en la web de Lorenzo Silva buscando este libro en el apartado dedicado a sus libros.

Recordemos que la primera decisión del recién elegido presidente Zapatero en las elecciones de marzo de 2004 fue ordenar el retorno de las tropas de Irak, lo que según se relata en el libro ocurrió hacia el mes de Mayo de ese año. Unas tropas que en principio no sabían a lo que iban cuando partieron de España pero que una vez allí se iban a ocupar de misiones de paz tras el final de la guerra en la zona de Diwaniya. Su buen hacer en los primeros momentos, estableciendo relaciones humanas y cercanas con los iraquíes y llegando a un entente cordial, se vio truncada por la detención por la fuerza de un dirigente local decidida y ejecutada unilateralmente por el ejército norteamericano … vestido con uniformes españoles.
«Los medios de comunicación se han encargado también de hacer su trabajo. La cadena americana CNN es de las primeras en vincular los hechos a las tropas españolas. La seguirán todos los medios locales y demás emisoras internacionales. De cara a todo el mundo, España es la responsable del arresto de Al Yacubi. »
No hubo manera de convencer a los iraquíes de que las tropas españolas no habían tenido nada que ver ni tenían en su poder a su líder y ello tuvo como consecuencia el inicio de unas hostilidades de guerra declarada entre los guerrilleros del Mahdi y las bases españolas y centroamericanas de la zona, una zona que de «fría» paso a tremendamente «caliente» según el argot militar. Desde el cuatro de abril de 2004, el hostigamiento y los ataques de todo tipo contra las bases y las tropas españolas se sucedían de continuo, poniendo a prueba el temple de los soldados y sus mandos que tenían la orden del Gobierno Español de solo responder a los ataques, no iniciarlos en ningún caso, lo que restaba mucha capacidad operativa. Para el infierno que fue aquello no hubo bajas en las refriegas aunque militares españoles habían muerto con anterioridad en aquellas tierras. Cuando las cosas habían entrado en una cierta calma, los «amigos» norteamericanos volvían a «ayudar» con sus acciones…
«Aquel abril salieron a la luz pública las primeras fotografías que mostraban el trato degradante dado a prisioneros iraquíes por militares estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib. Un momento que resultó especialmente delicado para quienes trabajaban más estrechamente con los iraquíes, como el comandante Núñez.»
Salvando las distancias, me ha dado la impresión de rememorar mis entretenidas lecturas de juventud de «Hazañas Bélicas». El entramado que han logrado los autores narrando la situación con un relato vivo y dinámico da la sensación al lector de estar asistiendo a los episodios casi en primera fila sino desde dentro. Todos los códigos militares y de honor han vuelto a ponerse de manifiesto y especialmente ante aquellos que en su día fuimos secuestrados a la fuerza para servir a la Patria en lo que se conocía como Servicio Militar Obligatorio. Los personajes y las acciones del relato cobran una viveza enorme que mantiene enganchado al lector a poco que le resulte interesante este tipo de historias, historias de soldados, de lucha, de guerra pero también de amistad, de camaradería, de honor y en algún caso de amor, no desarrollada en el libro pero que puede leerse aquí. Numerosas aclaraciones al pie, que suponen un cierto incordio en las ediciones electrónicas, arrojan mucha información sobre conceptos militares, equipos, armas y textos de otros libros o revistas que en mi caso he leído en su totalidad y me han resultado muy útiles e interesantes.

domingo, 9 de marzo de 2014

36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien, Leopoldo Abadía

@viajeroninja Leopoldo Abadía es un economista con ochenta años a las espaldas conocido por sus intervenciones en los medios y sus libros de economía donde la ha explicado de forma clara a la vez que divertida, para que la entendamos todos. Nacido en Zaragoza, ha sido profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) durante más de treinta años pero en este libro se nos presenta en su faceta de padre de familia súper numerosa, con un docena de hijos, once de ellos casados y más de cuarenta nietos. Un caso claro de que «la familia es un concepto más amplio que el de personas que viven bajo el mismo techo». Algunos de sus libros sobre economía llevan por título «La Crisis Ninja y otros misterios de la economía actual», «La hora de los sensatos» y «¿Qué hace una persona como tú en una crisis como esta? Más información en su página web y es también un activo «canario» en twitter con @viajeroninja.

La base del libro de remonta a los años ochenta en los que el autor empezó una serie de conferencias sobre temas familiares en los que desarrollaba 26 puntos en forma de consejos no para ser tenidos en cuenta o llevados a la práctica al pie de la letra sino como una manera de incitar a pensar y a desarrollar los propios por parte de cada uno. No siempre lo que funciona bien en una familia funciona en otra. Aquellos 26 puntos iban a ser ampliados a 36 en el desarrollo del libro tal y como figura en la portada; al final son más de cincuenta, pero la portada ya estaba confeccionada y así se quedó, con unos cuantos más de propina.

A lo largo de sus 206 páginas en el edición impresa o más de 50.000 vocablos en la electrónica hace uso de grandes dosis de gracejo y de un lenguaje coloquial y cercano para transmitirnos su más que dilata experiencia en asuntos familiares a lo largo de muchos años y diferentes situaciones sin querer convencer, sino como una forma de forma de ayudarnos a encontrar nuestras propias recetas. Hay que decir que muchas de ellas son tan universales como complicadas de llevar a la práctica según los casos, pero no por ser archiconocidas está de más volver a repasarlas. El libro a su vez está jalonado de lo que al autor denomina «advertencias» que hacen ver al lector ciertos aspectos relativos a ideologías o religión entre otras, de forma que el libro pueda ser leído hasta el final sin despotricar por desavenencias en las formas de pensar. Multitud de historias con familiares, amigos o compañeros de trabajo nos van inculcando en pequeñas dosis aspectos como la educación, el respeto, la tolerancia, el ayudarse unos a otros, el hacer «piña» y otras muchas que son poderosas formas de resolver los conflictos y enfados que van surgiendo casi a diario en toda relación familiar al tiempo que se tienen claras las ideas para seguir adelante, siempre y cuando tengamos esa intención.

En resumen, una lectura entretenida y provechosa a la que se puede acercar cualquiera sea padre o hijo o ninguna de las dos cosas, porque muchas de sus reflexiones son de aplicación general a situaciones de la vida diaria incluso en un entorno no estrictamente familiar.

domingo, 2 de marzo de 2014

Apaches, de Miguel Sáez Carral

Miguel Sáez Carral nació en Madrid en 1968 y es licenciado en periodismo, aunque su actividad principal está dedicada a la creación y adaptación de guiones para televisión, con los que ha conseguido numerosos premios y reconocimiento del público. Como el mismo confesó en el encuentro de blogueros que propició el pasado martes la editorial Planeta, no ha entrado por decisión propia en el mundo de las redes sociales de las que se mantiene un poco alejado, por lo que no dispone por el momento de twitter o web personal, aunque está empezando su incursión en Facebook, forzado por las circunstancias y la publicación reciente de «Apaches», segunda de sus novelas tras «El tiempo de las arañas» publicada en el lejano 1997 y a la que habrá que asomarse . Como el mismo comenta, los «apaches» eran los buenos en las películas del oeste y con esto entenderemos fácilmente el título de este libro que no cuenta precisamente una historia de apaches del oeste americano, aunque sí de similares en el madrileño barrio de Tetuán de los años noventa del siglo pasado. En palabras del propio autor en una entrevista «"Apaches" es una mezcla entre lo que sucedió y lo que me hubiera gustado que sucediera. Lo bueno de la literatura es que puede redimir a la realidad». El book-trailer de la novela puede verse aquí con numerosos y a mi juicio certeros comentarios.

Miguel, Edi Sastre, el «Boris» y el «Dela» son los cuatro integrantes de una banda de delincuentes que trae en jaque a la policía en sus continuos asaltos y atracos al gremio de joyeros. Miguel ha nacido en el barrio de Tetuán de Madrid, pero ha conseguido terminar sus estudios de periodismo y escapar del barrio llevando una vida mejor, ordenada, con pareja y trabajo estable en una agencia de noticias. Su madre ha muerto y pasado un tiempo su padre sufre un infarto que reúne de nuevo a sus tres hijos, Miguel y dos hermanas, Teresa y Vicky, que detectan cosas extrañas en el modo de vida de su padre. Miguel rasca un poco y se encuentra de frente con un hombre arruinado, casi expulsado de su profesión de joyero, sin la fábrica que parecía tener y dirigir y ahogado por las deudas contraídas en su huida hacia adelante para volver a ser alguien, como siempre ha sido, en el entorno de la joyería profesional. No solo eso sino que su propio piso en el barrio y el de su hija Teresa están comprometidos y a punto de perderse. Con distintas formas de ver el asunto, Teresa, la mayor, se desentiende, Vicky la pequeña es todavía una estudiante y por todo ello la responsabilidad de sacar adelante a su padre, a u familia, es asumida plenamente por Miguel, que vuelve a su barrio de toda la vida y se instala en la casa de sus padres, tras romper con su pareja, su trabajo y su vida hasta ese momento. Descubre que su padre ha sido engañado y estafado por sus socios sin que haya movido un dedo y no haya posibilidades legales ni judiciales de recuperar lo estafado. Un amigo de la infancia y adolescencia de Miguel es Sastre, que se dedica a robos y atracos en polígonos con Boris y Dela. Íntimo de Miguel, que consideraba más familia la de Miguel que la suya, apoya en todo momento las intenciones de Miguel de dar su merecido a los colegas que han estafado y abandonado a su padre en forma de robos y atracos a joyerías, solo hasta conseguir retornar a su familia lo que era suyo. Pero en el barrio ha surgido un nuevo capo, el «Chatarrero» con el que hay que andar con mucho cuidado pues controla todo lo que sucede en el barrio y además con la única intención de hacer dinero. Los «códigos de honor» que toda la vida han imperado en Tetuán han sido violentados por este personaje que impone su ley. Comienza así una espiral de robos, atracos, y violencia protagonizados por Miguel y sus compinches, siempre cercados por la policía que sospecha de ellos, hasta que Miguel recupera todo lo perdido y salva su casa y la de sus hermanos. Pero ahí no acaba todo y cuando Miguel está a punto de volver a su trabajo y a su vida ordenada, los acontecimientos se disparan.

637 páginas devoradas en dos sentadas y casi podría decir que se me ha hecho corto. Y por supuesto no diría que había dejado atrás doscientas diez mil palabras pues hubiera dicho que habían sido la mitad. Pero los contadores no fallan en su edición electrónica quizá un poco y comparativamente subida de precio. Hacía tiempo que un relato no me encandilaba de forma tan absoluta. Quizá los recuerdos de mis andanzas por ese mismo barrio aunque veinte años antes, con mis primos y con mis tíos, cuando pasaba muchos fines de semana con ellos en su casa de la calle Marqués de Leis han hecho aflorar sentimientos escondidos que me han hecho vivir intensamente las andanzas de Miguel y sus compinches por las calles de Marqués de Viana, de Algodonales, de Tablada, el eje Bravo Murillo, el barrio vecino dela Ventilla, la frontera de la calle Orense … En todo caso y sentimentalismos aparte, la familia de Miguel, el barrio y sus personajes han quedado magistralmente retratados con una prosa fluida, sencilla pero ajustada, unos diálogos justos y una trama fiel y precisamente desarrollada que hacen al lector meterse dentro de la piel de los personajes y entender las razones, que no justificaciones, para cometer un delito tras otro, ya que para ellos no lo eran sino que estaban haciendo justicia, una justicia imposible de obtener por otros medios. El lector «va» con los «malos», como en las películas de indios, se identifica con ellos y comparte sus razones para hacer lo que están haciendo, fuera de la ley, con el fin de poner las cosas en su sitio, donde siempre debían de haber estado, conforme a las leyes no escritas del barrio que todos anteriormente respetaban.

Un retrato perfecto de una familia cualquiera de las que conformaban la España de los años noventa en un barrio obrero de una gran ciudad. Los personajes son cercanos, identificables, a los que el lector pone cara con suma facilidad, que contribuyen en la medida justa al desarrollo de un drama que huele a tragedia en todo momento pero cuyo desenlace se va posponiendo de forma controlada por el autor para tener en ascuas al lector. Cuando parece que todo ha terminado, comienza de nuevo, como el Ave Fénix renaciendo de sus cenizas. Cuesta trabajo pensar que varios de los delitos relatados en el libro han sido reales, convenientemente disfrazados según el propio comentario del autor. Huele a película de éxito que no sería muy difícil de llevar a cabo en el atrevimiento que confiere la ignorancia del que escribe.

A pesar de que el libro en papel me fue regalado promocionalmente por la editorial, he adquirido su versión digital para releerle de nuevo más adelante y contribuir modestamente al éxito que en mi opinión se merece y que esperemos no tarde en llegar. Sin entrar en tecnicismos literarios, me he entretenido mucho, me he divertido mucho y me ha llegado mucho. Mi más encendida enhorabuena al autor.

ANA MARÍA MOIX (Barcelona, 1947- 28 febrero de 2014)

Julia, Ana María Moix.
Lumen, 2002
240 páginas
Tapa duras con sobrecubierta
15,90 euros.
<< Notó la almohada húmeda pegada a la mejilla. Siempre sucedía lo mismo: empezaba por sentir miedo, conseguía tranquilizarse pensando en Eva y, luego, era incapaz de detener sus pensamientos. Encendió la luz de la mesilla. La iluminación de las lámparas pequeñas no le gustaba: media habitación quedaba en la penumbra y temía descubrir extrañas imágenes por los rincones. Le recordaba las iglesias, los velatorios, el interior de la tumba de Romeo y Julieta que tanto miedo le dio al ver la película. Había ido a ver Romeo y Julieta con Rafael, Ernesto y Aurelia en un cine cercano a casa donde les dejaban entrar aunque el programa fuera no tolerado para menores. La película, entonces, le dio mucho miedo: salían muertos y ataúdes. Aurelia tenía la costumbre de cantar mientras trajinaba por la cocina. Después de haber visto aquella película, Julia se tapaba los oídos cada vez que Aurelia se ponía a cantar si vas a Calatayud. Cada vez que Aurelia lanzaba Calatayud por los aires, Julita recogía ataúd sin poder remediarlo. Por la noche, al acostarse, trataba de no pensar en muertos ni cementerios; pero le venía a la mente la palabra Calatayud e inmediatamente veía un ataúd. Y dentro del ataúd estaría Mamá, seguro. La imaginaba metida dentro de féretro y cuatro velas encendidas alrededor. No la vería nunca más. Se quedaría sola para siempre con Papá, que nunca estaba en casa, y con Ernesto y Rafael, quienes andaban continuamente tras ella deshaciéndola los lazos de las trenzas y diciéndole por lo bajo cosas horribles para hacerla llorar: Te volverás negra y Mamá te venderá a un circo. Mamá reía cuando Julita le contaba: Los chicos dicen que me venderás a un circo y allí me harán pasar el plato. Julia se enfadaba cuando Mamá se burlaba de ella, pero pensaba que aún sería peor cuando Mamá hubiera muerto: nunca más estaría con ella. Entonces se acordaba de Bambi, solo por los bosques después de que su mamá muriera en la cacería, y de otras películas como Los marcianos llegan a la tierra y Cuando los mundos chocan, en las que morían miles de personas y se veían las ciudades inundadas por las aguas. De vez en cuando aparecía algún niño solo, llorando en el tejado de una casa que permanecía en pie. Pensar en la muerte de Mamá le producía un dolor inmenso, apenas podía respirar. Por eso no quería pensar en Romeo y Julieta, ni acordarse de Calatayud, porque inmediatamente veía el ataúd y, luego, a Mamá, muerta.>> pp.26 y 27.

sábado, 1 de marzo de 2014

El corazón helado, de Almudena Grandes

Almudena Grandes, madrileña nacida en 1960, inició su incursión en el mundo literario con «Las edades de Lulú» por la que obtuvo en 1989 el premio «La sonrisa vertical». Tras ella, numerosas obras a cada cual más conocida engrosan su extensa bibliografía con gran aceptación por los lectores nacionales e internacionales. En estos días se publica «Las tres bodas de Manolita», tercera parte de sus Episodios de una Guerra Interminable. Varios de sus libros han sido llevados al cine y para los que quieran conocer más acerca de ella nada como acceder y brujulear por su más que cuidada página web.

«El corazón helado» es la historia de dos familias que inextricablemente se verán unidas en el pasado y en el presente por la figura de Julio Carrión que, cuando comienza la narración en el año 2005, acaba de fallecer. En la intimidad y en el pequeño cementerio del madrileño pueblo de Torrelodones, Álvaro Carrión, el más distante pero el más querido de los cinco hijos del finado, advierte la discreta presencia de una desconocida y atractiva joven. Nadie de la familia ha notado su presencia pero Álvaro está seguro de haberla visto. Asé comienza una historia que relata la vida de varias generaciones de dos familias desde los comienzos del siglo XX hasta nuestros días. Julio Carrión, el fallecido, hombre de negocios que hizo su fortuna en los años posteriores a la Guerra Civil Española, presenta muchos puntos oscuros en su azarosa vida que irán siendo desvelados con cuentagotas a través de las narraciones de hechos acaecidos a lo largo de todo el siglo. Raquel Fernández Perea, la joven del cementerio, aparece fugazmente con ocho años en los prolegómenos de la novela: ve llorar a su abuelo tras una visita a la casa del empresario; «una chica lista de belleza secreta, enigmática, una mujer tan guapa que había que mirarla dos veces, y mirarla despacio, para verla del todo». Ella es el último eslabón de la otra familia que sabe mucho más de lo que parece sobre las andanzas del empresario fallecido y que chocará con Álvaro hasta desencadenar y ensamblar todas las piezas del puzle. De un texto tan largo una sinopsis tan breve para no desvelar nada pero animar a los posibles lectores a que, sin dilación, dejen aparcado lo que estén leyendo y pongan manos a la obra, con paciencia y constancia, en la lectura de esta enorme, en todos los sentidos posibles, obra de arte literario. No es una obra para lectores ocasionales ni para unas vacaciones.

Resulta curioso cuando se comenta con otros posibles lectores su respuesta: «Bah, bah, otra novela más de la Guerra Civil». Y no es eso, ni mucho menos. Y aquellos que la rechacen por el tema… ellos se la pierden. Entre los «buenos» hubo muchos «malos» y entre los «malos» hubo muchos «buenos». Unos y otros, claro, dependerán de en qué bando se sitúe cada cual, pero las historias contenidas en este relato están contadas asépticamente, sin juicios de valor: que cada uno saque sus conclusiones. Como alguno de los protagonistas dice, es mejor no pensar en ello, ignorarlo, como si no hubiera pasado. Pero el hecho es que pasó.

A pesar de tener anotadas entre mis muchas lecturas pendientes los Episodios de una Guerra Interminable, no me había acercado a nada de esta autora lo cual en estos momentos me parece incomprensible y no lo encuentro explicación. La lectura de este libro, que no es un libro sino que son muchos cuando menos por su extensión de 936 páginas o 465.000 vocablos, ha sido agobiante presionado por la inminente llegada de la reunión del club de lectura en la que vamos a tratar de él. La historia es contundente, casi eterna y continuamente pendiente de completar. El lector que no se indigne, sufra, disfrute, se alegre, en suma, que no haga colección de todas las emociones posibles es que no tiene un mínimo de sensibilidad. Historias que según la autora no son reales pero que tienen todo de real y que nos muestran una estampa de una época muy desconocida para muchos en el presente, ahora que nos están dejando los últimos que la vivieron en primera persona y que reconocerán en los personajes a ellos mismos, sus familias, sus amigos o sus vecinos. Almudena Grandes maneja los tiempos con una maestría excepcional, suministrando información con cuentagotas en las idas y venidas en el tiempo, de forma que al final todo queda claro y encajado, en su sitio, pero el lector tiene que soportar esas desconexiones continuas con estoicismo y confianza en que las lagunas que jalonan el relato serán posteriormente rellenadas hasta formar un todo compacto. A diferencia de otros libros, no recomiendo que se haga ninguna prospección previa sobre su contenido, aunque si haría una sugerencia fundamental: hacerse desde el principio con un árbol genealógico de las dos familias y no esperar hasta estar desorientado para hacerlo. Hay muchos en internet de las dos familias que se agitan a lo largo del relato y conviene tenerlos delante en todo momento para situar a los personajes: los nombres y dos apellidos usados con reiteración no son suficientes para evitar acabar hecho un lío, especialmente en los primeros momentos. Son varias generaciones de dos familias, con nombres repetidos y apellidos similares que provocan maraña en la mente del lector por mucho que se esfuerce.

Los «EPISODIOS DE UNA GUERRA INTERMINABLE», de los que se publica precisamente en estos días la tercera entrega titulada «Las tres bodas de Manolita» tras «Inés y la alegría» y «El lector de Julio Verne» han subido posiciones en mi lista de pendientes y se han puesto en cabeza, máxime teniendo en cuenta mi reciente y desmedida afición por los hechos que convulsionaron España en aquellos años del pasado siglo XX. A buen seguro que estos textos, no tan largos, no me defraudarán y podré volver a deleitarme con la prosa de Almudena Grandes, enorme, que se ha hecho un hueco de honor en la lista de mis autores preferidos. Nunca es tarde para hacer descubrimientos si la dicha es buena. Y dada su extensa bibliografía creo que me quedan muchos momentos por disfrutar y espero poder hacerlo.

Para finalizar, un único texto, algo extenso, entresacado entre los muchos que jalonan el libro
En los primeros tiempos, sólo pensé en Raquel, en su cuerpo, en su piel, en sus gestos, en su manera de sonreír, de ponerse seria, en su forma de mirar, de mirarme, y en el despojo seco y sin sentido en el que la ausencia de todas esas cosas convertía mi cuerpo, condenando mis ojos a una impotencia peor que la ceguera, porque no les impedía seguir contemplando la trivialidad, un conjunto de formas y colores pálidos, deslucidos, irritantemente idiotas, que se empeñaban en seguir existiendo a mi alrededor. El tiempo se llamaba Raquel, los días, las horas, los minutos, los segundos se definían por ella y hacia ella, y sólo existían dos momentos en mi vida, los que ganaba a su lado y los que perdía por las esquinas de un mundo que la proclamaba en cuanto contenía, las personas y los objetos, los paisajes y los edificios, la luz y la sombra, porque en todas partes la veía y en todas me dolía no poder mirarla. Caí por esa pendiente tan deprisa que no llegué a cobrar conciencia de mi propia velocidad, y antes de que pudiera darme cuenta de lo que me pasaba, mi vida ya se había convertido en algo menos que una coartada, un simple envoltorio que me consentía vivir una vida más grande que la mía y que se llamaba Raquel, igual que el tiempo.