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domingo, 30 de junio de 2013

Realidad Aumentada [edición revisada], Bruno Nievas


@BrunoNievas , que es médico pediatra en el servicio andaluz de salud y muy aficionado a la tecnología y los ordenadores, encontró por casualidad un programa enfocado a la escritura, Scrivener, cuyo aprendizaje dio como resultado una faceta de escritor. Además de este libro, que en realidad son casi dos, acaba de publicar su segundo libro titulado  “Holocausto Manhattan”. Finaliza el período en que los integrantes de ALQS2D deberíamos haber leído “Realidad Aumentada”, propuesto para el Club de Lectura del segundo trimestre del presente año. Ya hace más de dos años se hizo una reseña de este libro, en su primera edición, que puede consultarse aquí y en la que se detalla cómo esta novela fue rechazada por las editoriales en un primer momento, lo que llevó a su autor a colgarla gratuitamente en la red. El éxito de descargas y crítica llevo a una editorial a publicarla en papel y llegar a estar en los primeros puestos de ventas en electrónico. Hoy en día está disponible en formato ebook por 1,89 euros y en edición de bolsillo en varios países de habla hispana y en Estados Unidos.

En contra de lo que pudiera parecer, la segunda edición es bien diferente a la primera, ya que el autor, con más experiencia y consejos, remodeló el libro de forma drástica. De hecho ni el principal protagonista se llama igual, pasando de ser Jacob Assavar a Alex Portago, un médico neurólogo con grandes conocimientos informáticos que es atraído mediante un contrato millonario por un gurú informático para trabajar en un proyecto sobre realidad aumentada que ya está en marcha y en el que han surgido varios problemas que han dado como resultado muertes de personal del equipo del proyecto. Allí se encontrará con su antigua pareja con la que mantendrá una relación de amor y odio cuando menos curiosa. El uso de un “chip” tecnológicamente innovador y “que parece de otro planeta” llama la atención de Alex y su investigación le llevará en compañía de su medio pareja de nuevo a un sinfín de situaciones en varios puntos del globo donde no falta de nada en confabulaciones, viajes, asesinatos e incluso extraterrestres con participación de todo tipo de personajes y organizaciones a nivel mundial.

Un relato fantástico y futurista que procurará un rato muy entretenido a los lectores a los que les gusten este tipo de aventuras, que no es mi caso. Fluido y bien planteado, con conocimiento por parte del autor de los elementos base de la trama médica, científica y tecnológica, la acción discurre por derroteros poco plausibles, al menos hoy en día, que entrarían dentro de la ciencia ficción o cuando menos de la fantasía, pero que permiten evadir la mente del lector sin complicarse la vida.

Tomados del blog del autor  transcribo unos comentarios que sobre esta novela han manifestado otros autores españoles conocidos

«Realidad Aumentada es un viaje salvaje a los confines de la tecnología y de la mente, narrado con el pulso de un escritor que dará mucho que hablar. No se la pierda»Juan Gómez-Jurado, bestseller internacional autor de «La Leyenda del Ladrón»
«Una novela fascinante que sin duda atrapará al lector»Manel Loureiro, bestseller internacional autor de la saga «Apocalipsis Z»
«No puede soltarse. Una novela que sorprende por su ambición. Compleja, atrevida, arriesgada, y que funciona. No todo el mundo sabe manejar la herramienta del escritor, la palabra. Y Bruno, un escritor valiente y audaz, lo hace en esta novela»Lorenzo Silva, Premio Planeta 2012.

jueves, 27 de junio de 2013

La Abadesa María la Excelenta, de Toti Martínez de Lezea

Tras una serie continuada de lecturas enjundiosas, uno del género que me gusta como es la novela histórica, para disfrutar si cabe más con la lectura y descansar un poco dejando volar la imaginación por la alta edad media española. La autora, Toti Martínez de Lecea, mujer, que hasta hace cinco minutos pensaba que era hombre, que empezó una imparable carrera literaria en 1998 con la publicación de “La calle de la judería” llegando a cerca de la treintena sus títulos publicados. Una desconocida para mí hasta hace un par de días en que me asomé a “La Abadesa”, un libro excelente como el apodo de la protagonista del mismo.

María Esperanza ejerce de abadesa en el monasterio de Nuestra Señora de Gracia, en Madrigal de las Altas Torres, en la provincia de Ávila. En 1510 recibe la visita de la que fue antaño su superiora que acude a despedirse de ella estando en la antesala de la muerte para entregarla un breve del Papa Julio II en la que es reconocida como hija bastarda nada menos que de Fernando el Católico. Recordaba en su infancia haber sido traída y dejada en el monasterio, con siete años, por soldados amén de unos vagos recuerdos de una mujer que le cantaba una nana en un idioma extraño y la peinaba. En las pocas ocasiones en que había coincidido con la reina Isabel, esta le había mostrado una antipatía manifiesta, llegando a rechazar con malas maneras incluso un precioso breviario enteramente realizado por ella. Al conocer quién era su padre, unas ganas locas de indagar su pasado anidan en la cabeza de María, que busca una excusa para salir del convento y comenzar un viaje lleno de peligros y casualidades que remata en Bilbao, donde averigua ciertas cosas, aunque no todas. De vuelta a su convento, la cosa se calma pero pasados unos años ocurren ciertos hechos que vuelven a poner a María en ganas de conocer más sobre su madre y su paradero… No se pueden desvelar más cosas sin estropear la acción.

Un libro coqueto, yo diría que especial. El ambiente de finales del XV y comienzos del XVI deliciosamente conseguido. Los retazos históricos en los que se basa para montar un entramado precioso y entrañable son rigurosos aunque no en gran profusión, pues tampoco es necesario. Algo ayuda conocer la historia real de esa época y también el haber visitado los lugares básicos de la novela: Medina del Campo, Tordesillas, Burgos, Madrigalejo, Guadalupe, Bilbao y, sobre todo, Madrigal de las Altas Torres, una villa abulense gran desconocida y que atesora verdaderas maravillas en su interior, entre ellas el antiguo palacio de Juan II hoy convento de monjas agustinas que puede visitarse para disfrutar de la atmósfera como si nos retrotrajéramos cinco siglos y viviéramos los episodios de esta novela. Un lenguaje atinado y certero, unas escenas perfecta y justamente recreadas, sin grandilocuencia y en su justa medida, que evocan en el lector unas situaciones perfectamente plausibles que hacen disfrutar enormemente a pesar de su sencillez.

Una lectura muy recomendable y agradable para este verano, para disfrutar con una historia muy bien urdida y desarrollada en sus 78.185 vocablos, que tiene sorpresas en cada esquina y que al final acaba bien, como deben de acabar una historia bonita aunque no deje de ser dura como la época en que está ambientada.

miércoles, 26 de junio de 2013

Severo Ochoa, la emoción de descubrir, Marino Gómez-Santos

La vida de las personas que han dejado huella en la historia siempre resulta atrayente y se puede aprender algo práctico y positivo. El autor de esta biografía, Marino Gómez-Santos es periodista y vivió de cerca los últimos momentos de la vida de Severo Ochoa, acompañándole en algunos viajes. Este libro fue presentado por el propio doctor Ochoa, en junio de 1993, cinco meses antes de su fallecimiento víctima de una neumonía.

El relato cubre toda la vida del científico desde su nacimiento en la villa asturiana de Luarca en 1905 hasta su fallecimiento ocurrido en Madrid en 1993, a los 88 años. Es uno de los dos científicos españoles, junto con Santiago Ramón y Cajal, que ha recibido el premio Nobel de Medicina, aunque técnicamente no era español en 1959 en la fecha de concesión del premio, ya que tres años antes, en 1956, se había nacionalizado norteamericano junto con su mujer Carmen, que le siguió y alentó en todos los momentos de la vida. De hecho, el fallecimiento de Carmen en 1986, al poco de establecerse definitivamente en España, dejó a nuestro protagonista sumido en un gran desinterés por seguir en este mundo, aunque siguió atendiendo sus numerosos compromisos pero ya sin la chispa que le había caracterizado a lo largo de toda su vida.

Desde muy pronto se decantó en su interés por la naturaleza y la biología, mostrando gran pasión por la investigación. Enrolado en la carrera de medicina en Madrid, por ser la más cercana a sus intereses, fue discípulo de Juan Negrín, que luego dejaría la docencia y la investigación para meterse de lleno en la convulsa política de aquellos tiempos de la II República y la Guerra Civil. Bien es verdad que Severo Ochoa tenía un ego alto, y en 1937 dejó España…

“La pronta insatisfacción que Ochoa sintió en España porque no podía mantener un nivel científico alto, le llevaría a peregrinar por Europa. Un hecho cierto es que las facultades que apuntaba como científico no habrían podido madurar al lado de Negrín. Para que ganara su plenitud, necesitó trabajar en un país donde se hiciera ciencia de calidad y en abundancia. Esto solo ocurría en los Estados Unidos,

Instalado en Nueva York, sus investigaciones y las de su equipo en los campos de la biología y todas sus ramas fueron muy fructíferas, llegando a obtener el Nobel en 1959. Mantenía contacto con científicos de todo el mundo para intercambio de opiniones y viajó a lo largo y ancho del globo en numerosas ocasiones para asistir a congresos y eventos similares. Siempre dijo y mantuvo que era un exiliado científico y no político, aunque es difícil saber dónde está la frontera entre lo uno y lo otro. Margarita Salas, otra relevante científica española y discípula suya manifestó que “que ni a él le gustaba la dictadura ni a la dictadura le gustaba Ochoa». Aunque no dejó de ser español, se sentía norteamericano por su agradecimiento a esta nación que le permitió y alentó en el desarrollo de todas sus posibilidades como científico e investigador. Tímidos intentos pudieron traerle a España en los años 70 pero la situación política y económica no lo hizo posible con lo que siguió en EE.UU, trasladándose definitivamente a España en 1985, donde siguió con sus investigaciones en el Centro de Biología Molecular hasta muy avanzada edad.

El carácter con que fue acogido en EE.UU. marcó su vida. En la pared de sus laboratorios podía verse colgado el siguiente texto:

“Si llegase algún monje peregrino de lugares distantes, con deseos de vivir como huésped en este monasterio, y se amoldara a los costumbres que aquí encontrase, si alterar por su prodigalidad la paz del monasterio y dándose por satisfecho con lo que este le brinde, podrá permanecer aquí todo el tiempo que desee. Si, por otra parte, hallase en algo algún defecto, y lo hiciera notar en algo prudentemente, no sea que Dios haya enviado al peregrino justamente para tal objeto. Pero si se mostrara murmurador y contumaz durante su permanencia como huésped, se le dirá honradamente que debe partir. Si no se fuere, que dos monjes fornidos, en nombre de Dios, se lo expliquen mejor.”

En el recorrido por su vida, el autor de la biografía no escurre el bulto en la información técnica que rodeó en todo momento la vida de Severo Ochoa. Tecnicismos tales como bioquímica, inmunología, biofísica, genética, microbiología, virología, neurobiología, biología del desarrollo y otras muchos se encuentran con profusión a lo largo del libro, pero no molestan, a mi entender, aunque la formación del lector no llegue a entenderlos. «No le daba importancia al Premio Nobel» -que consiguió en 1959 por el descubrimiento de un enzima, la polinucleótido fosforilasa, «esencial en el desciframiento de la clave genética»- porque hacía lo que le gustaba». Por opiniones leídas y escuchadas de personas que trataron con él personalmente en algún momento, hay que decir que la biografía no profundiza en la personalidad del eminente científico, que al parecer no se distinguió por su humildad en el terreno personal aunque su actuación científica fue en todo momento irreprochable con colegas y discípulos. Quizá sea necesario acercarse con otras de las biografías que se han escrito sobre el para mejorar y centrar ideas.

En estos tiempos actuales en que se está cuestionando y de qué manera el tema de la educación en general, creo que es una buena ocasión para recordar las palabras del rey Juan Carlos pronunciadas en 1.982 con motivo de la concesión a Severo del Premio Ramón y Cajal del Ministerio de Educación y Ciencia. Tienen, en mi opinión, demasiado sentido.

Con ello he querido dar testimonio de mi voluntad de amparar y promover la dedicación a las tareas de investigación, sea esta básica o aplicada, a sabiendas de que no habrá desarrollo sin avance en las ciencias y en las técnicas sin fomento de la investigación pura. Deseo también afirmar que al lado del impulso del Estado, tiene que estar también el aliento y la colaboración de la sociedad a través de fundaciones y empresas privadas… … pero confío en que vuestra constante y creciente atención a estos quehaceres evite que los jóvenes y futuros investigadores tengan que trabajar en otras partes por no encontrar aquí los estímulos y recursos necesarios.

Que se nos quede, al menos y aunque sea en plan aficionado, la coletilla de sentir “emoción al descubrir”, descubramos lo que descubramos cada uno de nosotros en nuestro mundo.

sábado, 15 de junio de 2013

Judíos españoles en la Edad Media, Luis Suárez Fernández

El 31 de Marzo de 1492, cuando todavía no se habían apagado los ecos de la conquista de Granada, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, firmaban el Decreto de expulsión de los judíos de España, a instancias del inquisidor general Tomás de Torquemada. Si bien desde 1.483, y dicho sin segundas intenciones, se estaba “oliendo la quema”, fue en esa fecha en la que se concretó de forma oficial la erradicación del pueblo judío en España, bien por conversión a la fe cristiana bien por salir de la que había sido su tierra durante años. Luis Suárez, reputado historiador, nos lleva de la mano por estos ocho siglos en lo que hubo comunidad judía en España, desgranando las numerosas vicisitudes por las que fueron pasando. Trabajadores y callados, muy avispados por lo general en todo lo que tuviera que ver con el dinero y la economía, supieron granjearse la confianza de los poderosos, principalmente los reyes, a los que sirvieron con dedicación aunque no siempre fueron bien defendidos por ellos de los casi continuos ataques de los “cristianos” y de los “religiosos”.

Su residencia en las aljamas, guetos en ocasiones, marcaba las relaciones con sus vecinos, que les infringían toda clase de vejaciones y acusaciones la mayor parte de las veces infundadas de prácticas contrarias a la religión cristiana. Marcados en sus ropas sufrieron a lo largo de los años continuas humillaciones aunque tuvieron épocas de esplendor y reconocimiento. Cuando en las arcas de los reyes y de los poderosos empezaban a formarse las telarañas, estos no dudaban en acudir, por las buenas o por las malas, a los recursos de los judíos, esgrimiendo las más peregrinas acusaciones para hacerse con sus dineros pasando por encima de sus vidas si fuera necesario.

“Ningún oficio o dignidad que, de manera directa o indirecta, comporte algún poder sobre cristianos podrá ser nunca ejercido por judíos. Tampoco podrán, en ningún caso, testimoniar contra cristianos ni ganar cartas que les permitan actuar en contra de estos.” Tras el Concilio de Vienne, enero de 1.311.

En suma, un libro pequeñito en cuanto a su extensión, 275 paginas, pero con mucha enjundia y contenido donde el autor nos cuenta con profusión de datos, pelos y señales, el devenir de este pueblo por nuestro suelo patrio. Muy recomendable su lectura para enterarse de muchas cosas, con rigor histórico, y quedarse a las puertas de otras nuevas, sobre las que volveremos, como es La Inquisición y sus actuaciones a lo largo de muchos años.

“Cuando una sociedad llega a convencerse a sí misma de que es dueña absoluta de la verdad ---summum ius--- corre el peligro de creer que es justa la mayor injusticia de todas, el desconocimiento de la dignidad ajena ---summa injuria---. Todo esto sucedió en España en 1492.”

Cada vez estoy más convencido, y estas lecturas me reafirman más en mi pensamiento, que la religión debe ser una cuestión que pertenezca a la esfera íntima de las persona. Cuando gobiernos, políticos, reyes o prelados meten sus manos en ello y fuerzan una determinada opción, mal asunto.

martes, 11 de junio de 2013

Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi.

SOSTIENE PEREIRA
Antonio Tabucchi
Anagrama, 2006
Traducción de Carlos Gumpert y Xavier González Rovira.
184 Págs. 7,90 Euros.

            Pereira comenzó a sudar, porque pensó de nuevo en la muerte. Y pensó: Esta ciudad apesta a muerte, toda Europa apesta a muerte. (p.13)

            Esa ciudad que apesta a muerte, como toda Europa es Lisboa en el año 1938 durante la dictadura salazarista; y el hombre que suda y piensa en ese olor es Pereira, un periodista del Lisboa que un día decide buscar a alguien para que escriba las necrológicas anticipadas de los artistas que mañana morirán. Entonces encuentra a Monteiro Rossi, un joven que a diferencia de Pereira no está interesado en la muerte sino en la vida. Pero, ¿qué dice, señor Pereira?, exclamó Monteiro Rossi en voz alta, a mí me interesa la vida. (p.22)
           
            Efectivamente, Monteiro Rossi habla en voz alta, porque le interesa la vida, el presente, la política. Poco a poco, Pereira irá acercándose más a Monteiro Rossi y a su novia Marta, y serán para él la encarnación de lo que el  doctor Cardoso –que ha leído a Freud –denomina el evento: el evento es un acontecimiento concreto que se verifica en nuestra vida y que trastoca o perturba nuestras convicciones o nuestro equilibrio, en fin, el evento es un hecho que se produce en la vida real y que influye en la vida psíquica, usted debería reflexionar sobre si en su vida ha ocurrido algún evento. He conocido a una persona, sostiene haber dicho Pereira, mejor dicho, a dos personas, un joven y una muchacha. (p.102)

            Gracias a ese evento, a la aparición de esos dos jóvenes, Pereira empezará a cuestionarse su vida y a replantearse si debe permanecer en silencio o empezar a hablar. Callar, mirar hacia otro lado, hacer como si no fuera con él  la cosa, seguir "monologando" con el retrato de su difunta esposa y recordar sus años de estudiante en Coimbra; o bien hablar, mirar de frente al presente, tomar partido. Sí, dijo Pereira, pero si ellos tuvieran razón mi vida no tendría sentido, no tendría sentido haber estudiado Letras en Coimbra y haber creído siempre que la literatura era la cosa más importante del mundo, no tendría sentido que yo dirija la página cultural de ese periódico vespertino en el que no puedo expresar mi opinión y en el que tengo que publicar cuentos del siglo XIX francés, ya nada tendría sentido, y es de eso de lo que siento deseos de arrepentirme, como si yo fuera otra persona y no el Pereira que ha sido siempre periodista, como si tuviera que renegar de algo. (p.103)
           
            Sostiene Pereira sostiene que uno se puede arrepentir de lo que no ha hecho y empezar a hacerlo. Sostiene Pereira a través de la boca del doctor Cardoso, nos habla de la teoría de la confederación de las almas que vendría a confirmar esa posibilidad de cambio: Lo que llamamos la norma, o nuestro ser, o la normalidad, es sólo un resultado, no una premisa, y depende del control de un yo hegemónico que se ha impuesto en la confederación de nuestras almas; en el caso de que surja otro yo, más fuerte y más potente, este yo destrona al yo hegemónico y ocupa su lugar, pasando a dirigir la cohorte de las almas, mejor dicho, la confederación, y su predominio se mantiene hasta que es destronado a su vez por otro yo hegemómico, sea por un ataque directo, sea por una paciente erosión. Tal vez, concluyó el doctor Cardoso, tras una paciente erosión haya un yo hegemónico que esté ocupando el liderazgo de la confederación de sus almas, señor Pereira, y usted no puede hacer nada, tan sólo puede, eventualmente, apoyarlo. (p.104)

            Pereira finalmente apoyará a ese yo que puja por derrotar al otro que hasta ahora ha dominado su personalidad, y ayudará a Monteiro Rossi y a Marta, dejará a un lado el silencio y por fin podrá pedirse un oporto seco y fumar tranquilamente un cigarro.
            ¿Una limonada, señor Pereira?, le preguntó solícito Manuel mientras él se sentaba a una mesa. No, respondió Pereira, tomaré un oporto seco, prefiero un oporto seco. Es una novedad, señor Pereira, dijo Manuel, y más a estas horas, pero de todos modos me alegra, eso quiere decir que está mejor. (p.175)

            ¿Es la literatura un evento –como lo son Monteiro Rossi y Marta  para Pereira –que puede trastocar nuestras convicciones?

            Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi (1943-2012) me gustó mucho la primera vez que lo leí y me ha gustado mucho la segunda. Espero conseguir un día  la adaptación cinematográfica, aunque sin haberla visto todavía, ya me he imaginado a Marcelo Mastroianni como Pereira.

Fotograma de Sostiene Pereira (1996), de Roberto Faenza.
Patricia L.D.

lunes, 10 de junio de 2013

FRANCO, CRÓNICA DE UN TIEMPO 03 Victoria frente al bloqueo 1945-1953, Luis Suárez

Tenemos a Luis Suárez como historiador experto enfocado a nuestra España medieval del siglo XV, como ya se ha comentado en otras entradas en este blog, como por ejemplo esta, pero también ha dedicado sus esfuerzos a otra no menos interesante época de nuestra historia como es el siglo pasado, donde hay no pocas vicisitudes tan desconocidas como no suficientemente investigadas. Es este el tercer volumen de una serie de seis, cuyos índices completos, con nombres y topónimos podemos consultar y descargar aquí, para hacernos una idea más exacta del extenso contenido y del período que abarca esta ingente y magna obra. Es más un libro de estudio o de consulta que de lectura por la gran profusión de fechas, hechos y datos y nombres que contiene pero también puede leerse a capítulos sueltos, de vez en cuando, para tomar conciencia de esa época de nuestra historia, me atrevería a decir que gran desconocida por muchos.

Los volúmenes y los años que componen la obra son los siguientes:

Tomo 1 - EL GENERAL DE LA MONARQUÍA, LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL. De 1.892 a 1.939.
Tomo 2 - ESPAÑA, FRANCO Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. De 1.939 a 1.945.
Tomo 3 - VICTORIA FRENTE AL BLOQUEO. De 1.945 a 1.953.
Tomo 4 - PROYECTOS PARA UNA DOBLE ESTABILIZACIÓN. De 1.953 a 1.961.
Tomo 5 - RESISTENCIA A LA SUBVERSIÓN. De 1.961 a 1.966.
Tomo 6 - LOS CAMINOS DE LA INSTAURACIÓN. De 1.967 a 1.975.

Son cerca de cuatro mil cuatrocientas páginas en gran formato repletas de hechos relatados de forma magistral y sin ningún tipo de condicionamiento, al objeto de que sea el lector el que, al conocimiento de los mismos, tome sus propias decisiones. La obra está muy documentada y apoyada en numerosa bibliografía tanto de la época como actual, por lo que es una fuente de información que cualquier estudioso, o simplemente curioso, del tema debe tener a su alcance.

En este tercer tomo queda claro porque Franco siguió rigiendo los destinos de España tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, donde no intervinimos alineados con Alemania e Italia y las vicisitudes que fueron ocurriendo hasta que en 1.953 se firmaron sendos acuerdos con la Santa Sede y Estados Unidos que dieron aire a nuestro país, su Gobierno y su maltrecha economía.

jueves, 6 de junio de 2013

Don Juan, Luis María Anson

Recomendado por el profesor de un seminario sobre los Exilios Españoles y localizado en la biblioteca local, he devorado con fruición las 446 páginas impresas de este libro en dos días. El autor, Luis María Anson, reconocido periodista y escritor de larga trayectoria profesional, sigue en la brecha a sus 78 años con sus comentarios en un diario de tirada nacional y sus colaboraciones y escritos en numerosas publicaciones, tanto en papel como electrónicas, ocupando el sillón “ñ” minúscula como académico de la Lengua Española, habiendo obtenido a lo largo de los años numerosos premios.

Anson estuvo siempre muy cerca de Don Juan de Borbón y Battemberg, perteneciendo a su consejo privado como asesor, por lo que muchas de las vicisitudes narradas en este libro son vivencias personales conocidas de primera mano por el autor, al que Don Juan obsequió con su amistad personal durante muchos años, hasta su fallecimiento, no hace tanto tiempo, en abril de 1993. Rey de derecho, aunque no de hecho, tras la renuncia de su hermano mayor y la abdicación de su padre Alfonso XIII en 1941, nunca llego a reinar por los hechos que sacudieron a España y al Mundo a lo largo de buena parte del pasado siglo XX. Siempre en el exilio, en Italia, Suiza y finalmente en Portugal, sus relaciones con Francisco Franco fueron tensas y engañosas, pues siempre le consideró un usurpador que había tomado por la fuerza un sitio en la Historia que no le correspondía y al que se aferró hasta su muerte. Consintió en restaurar la Monarquía en España a su muerte, pero nunca en la figura de Don Juan, si no en la de su hijo Juan Carlos, actual rey de España y con la espada de Damocles permanente de virar en cualquier momento hacía la rama de Alfonso de Borbón Dampierre, que no en vano se convirtió en familiar directo suyo al casar con su nieta.

A mi modesto entender, el libro lo que menos es una biografía de Don Juan en el estricto sentido de lo que entendemos por biografía. Si se narran los hechos vitales de la vida del biografiado pero casi como una excusa para contar la historia de los entresijos del poder y de la vida de España a lo largo de gran parte del siglo XX. Principalmente Franco, pero también otros muchos personajes que operaban a su alrededor, son retratados en este libro con detalle en el sentido de que afectaban y de qué manera a la vida del rey exiliado, que siempre mantuvo su gallardía pesar de la poca capacidad de maniobra de la que dispuso para recuperar lo que por tradición e historia le correspondía. La suerte se alió siempre con el dictador, hombre listo donde los hubiera, ya que a pesar de su alineamiento con las potencias perdedoras en la Segunda Guerra Mundial, intereses espurios de americanos e ingleses le mantuvieron el poder como un mal menor.

Dependiendo del grado de interés de cada uno, el libro se lee de un tirón, descubriendo en mi caso innumerables hechos desconocidos a pesar de estar en este mundo, si bien muy joven, durante algunos años de su recorrido. Un personaje interesante, que goza de gran atención a lo largo de toda la narración y del que no había oído hablar hasta esta lectura es don Pedro Saínz Rodríguez, ministro en el primer gobierno de Franco y que por sus discrepancias se exilió voluntariamente yendo a recalar en el consejo privado de don Juan en Estoril, siendo vitales sus aportaciones y consejos que siempre parecían ir contracorriente. Regresó a España todavía en tiempos de “Franquito”, como él le denominaba y murió en 1986, hace nada. Al final de esta entrada hago constar un par de “perlas” tomadas del libro que puede dar una idea de su personalidad.

En resumen, esta es la historia que nos ha contado Luis Maria Anson. Es por lo tanto “su” historia. Sin dudar de la veracidad de los hechos, estos siempre son del color del cristal con el que se los mira. Como todo en esta vida, habríamos de leer historias del mismo tema contadas por otros para poder contrastar y tomar nuestras propias conclusiones. Digo esto porque en otra publicación sobre el tema titulada “Don Juan, náufrago de su destino”, de José García Abad, se ponen en entredicho algunas cuestiones. Lógico y normal, los puntos de vista sobre unos hechos son personales y no tienen por qué coincidir.

A continuación un par de frases extractadas del libro que pueden dar idea de la personalidad de Pedro Saínz Rodríguez, un personaje sobre el que habrá que investigar.

“Hay que pensar en organizar otra política, No sé cuál, pero otra. Seguir dándole patadas a Franquito en los huevos es tan memo como pegárselas al caballo de Felipe III en la Plaza Mayor. Se las guardará todas a Vuestra Majestad y se las devolverá, una a una, en cuanto pueda. Hay que saber cómo es Franquito. Yo no he conocido a nadie con más capacidad de rencor. Así que no cuenten conmigo para nada de lo que están diciendo, porque yo dejé el jardín de infancia hace muchos años.”

Don Pedro (Sainz Rodríguez) estaba decidido a no acudir a ningún encuentro más con Vegas, estando el Rey delante… desde que este le recordó agriamente que había sido ministro de Franco y que por eso su política era tibia y no tenía la “dureza” que requería la ocasión.
“La dureza ---gritó Don Pedro ante Don Juan--- solo es imprescindible en una ocasión, cuando te dispones a joder. Y puedes estar seguro, Eugenio, que entonces no fallo una: se me pone la polla como un jade. Pero darle cada día una patada en los huevos a Franquito con la bota del Rey es una torpeza histórica. El “pájaro” no va a caer y me juego contigo mi Quijote de Ibarra que vale un huevo y la yema del otro, a que te vas a tomar el turrón tú aquí en Estoril, mientras Franquito se lo zampa en El Pardo. Y a ver si dejas de joderme con lo del ministerio que yo sé muy bien por qué lo hice y algún día lo explicaré.”
Saínz Rodríguez se levantó, inclinó la cabeza ante el Rey, cerró la puerta con ira y se fue “con viento fresco”, dejando a todos plantados.