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viernes, 4 de mayo de 2012

Hasta siempre, Ignacio Bernabeu

Un tweet directo del autor me informaba de la disponibilidad de este libro en su formato electrónico. En unos instantes ya estaba cargado en mi kindle esperando su turno para ser leído. Dado su tamaño bien valía una interrupción de la lectura en curso. “Hasta siempre” es del mismo autor que MALIME, una novela comentada en este blog y que tan buena impresión causó en los lectores.

La acción transcurre en apenas cuarenta y ocho horas. El padre del protagonista, empleado del metal en un pueblo de Valencia, sufre un aparatoso accidente en el taller en el que trabaja, al desprenderse una esquirla que le impacta en su frente, provocándole un traumatismo craneoencefálico con pérdida de masa cerebral. Es trasladado en helicóptero en estado grave al Hospital General de Valencia, donde les esperan el protagonista y su hermano mayor que han sido avisados telefónicamente. El protagonista es estudiante, reside en la capital y hacía meses que no había ido a visitar a sus padres por su teórica falta de tiempo debido a los estudios. En pocas horas el padre fallece. En apenas dos días la familia ha perdido su cabeza.

Un cuento, como queda claro en la portada que es este relato, es una narración necesariamente breve, centrada en un conflicto o personaje, que relata un suceso de forma nítida y sin andarse por las ramas. No hay espacio para ello como no hay espacio para un rosario de personajes o escenas colaterales que desvíen la atención. Es necesario un esfuerzo de síntesis y concreción buscando la esencia de lo que se quiere contar, centrando muy bien al lector y atrapándole en la situación para despertar su curiosidad. En suma, es difícil escribir un cuento y muchos autores se aventuran en ello cuando están más o menos consagrados con novelas o relatos de más amplio calado. Los sucesos relatados pueden ocurrirle a cualquier persona y, como ya ocurriera en Malime, ser un acicate para pensar en cómo nos irían las cosas a nosotros en esa situación, que deberíamos haber hecho o pensado y todavía tenemos pendiente de realización, con lo que quizá no podamos hacerlo nunca.

Una frase que entresaco: "El hombre tiene en su conciencia al más implacable y justo de los jueces". Y otra interesante que el autor atribuye a Isabel Allende, aunque en libro está al revés: "Silencio antes de nacer, silencio después de la muerte. La vida es puro ruido entre dos silencios abismales.".

Se lee de un tirón en un momento y si consigue ser un revulsivo en nuestras convicciones personales daremos por bien empleado el tiempo, que no llega a una hora, y el coste, que no llega a un euro.

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