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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sobre Lucía, sus libros y el camino equivocado

Me ha gustado mucho el post de Enrique Dans de hoy referente a las desafortunadas declaraciones de Lucía Etxebarría y su decisión de no escribir más libros porque “se han descargado más copias ilegales de mi novela que copias compradas”.

Ahí os lo dejo;



Algunos me han pedido que escribiese sobre lasdesafortunadas declaraciones de Lucía Etxebarría en las que afirma que no volverá a escribir porque “se han descargado más copias ilegales de mi novela que copias han sido compradas”. Intentaré hacerlo en modo constructivo, tratando de explicar a Lucía en qué puntos creo que se ha equivocado.
En primer lugar,  Lucía es libre de hacer lo que buenamente quiera con sus libros. Menos plagiarlos, porque a eso se le llama robar, puede decidir escribirlos o no escribirlos, con el calendario que quiera. Si lo que realmente le importa y le motiva no es dar salida a su creatividad e inspiración, sino únicamente vender copias, allá ella. Es completamente libre para decidir cómo utiliza su tiempo y cómo gana su dinero.
Veamos el detalle mágico, para ella seguramente algo “sin importancia”, de las declaraciones de Lucía:
“Decidimos no publicarlo como e-book porque eso lo hacía más fácil de piratear. Habría sido como tirarlo directamente a los leones”
Publicado en The Guardian, 20 de diciembre
Con todo respeto: ahí, Lucía, está el quid de la cuestión. En que tú, bien conscientemente o mal aconsejada por tu editorial, decidiste no atender una supuesta bolsa de demanda. Decidisteis que esa demanda no debía ser atendida. Que quien supuestamente quisiera leer tu libro, debería adquirirlo en papel, en el formato que vosotros habíais decidido y al precio que la editorial ha determinado que tenga. Y supuestamente, eso ha llevado a que algunas personas, según tú más que los que han adquirido copias en papel, se lo descarguen.
Las cosas claras, Lucía: imagino que tienes razones fundadas para asegurar que tus libros se piratean mucho, muchísimo, constantemente y sin pausa. Que te imaginas hordas de feroces descargadores malvados abalanzándose sobre tus libros. Estarás convencida de que, en realidad, esos terribles piratas se concentran en tus libros, y no, por ejemplo, en los de Paulo CoelhoJuan Gómez Jurado o Cory Doctorow, por citar algunos de los que cada vez más enfocan este fenómeno de manera radicalmente distinta a como lo enfocas tú. Con las cifras en la mano, cualquiera de ellos ha vendido muchas más copias de sus libros que tú. Pero en los tres casos, hablamos de escritores que, contrariamente a lo que tú haces, han decidido libremente que sus libros estén fácilmente disponibles, con precios bajos – que reflejen la diferencia de costes inherente a no tener que imprimir, encuadernar, meter en cajas, distribuir por todos los rincones de la geografía y pagar márgenes a la distribución – o incluso, oh tremenda herejía, ¡¡GRATIS!!!
Tranquila, no te frotes los ojos, no tienes que creerme. Simplemente vete a Pirate Coelho (entrada escrita por él mismo), o léete su discurso de apertura de la Feria del Libro de Frankfurt de 2008: de verdad, es muy bueno, muy recomendable, te lo recomiendo sin un ápice de acritud. A lo mejor te das cuenta de la verdad: que estás siendo tristemente utilizada por una industria que se queda el 90% de los ingresos que tus obras supuestamente generan, y que estás ladrando al árbol equivocado (con perdón por lo de “ladrando”, no es más que una frase hecha).
Por favor, Lucía, léete a Juan Gómez Jurado en “La piratería no existe“: Juan es un autor con múltiples best-sellers en el mercado español e internacional, traducido a un montón de idiomas. De verdad, léetelo, intenta aplicar una mentalidad abierta, y enfréntate a ese texto intentando ponerte en el lugar de una persona racional. Juan ofrece sus libros en todos los canales y formatos que puede, intentando aplicar políticas de precios lo más adecuadas posibles a cada canal. ¿Le va mal? No, curiosamente, cada vez le va mejor. A Cory Doctorow le pasa lo mismo: en su página personal tienes los enlaces a sitios para comprar su obra, acompañados de enlaces de descarga gratuita. Seguramente te resulta imposible entender que alguien vaya a escoger pagar por una obra cuando el propio autor te ofrece su enlace de descarga, pero eso, siento enormemente decírtelo, habla más de tu catadura moral que de la que adjudicas a tus presuntos o supuestos lectores.
Un libro puede venderse bien, regular o mal. Que algunos de tus libros, particularmente aquellos que utilizaron el socorrido recurso de los premios que algunas editoriales prostituyen para promocionarlos, hayan tenido muchas ventas, no quiere decir que todos tus libros se vayan a vender así. Si te has encontrado con un libro que vende menos, o peor, con una curva descendente de ventas de tus libros, no es por culpa, como tú dices, “de la piratería”. De nuevo con todo el respeto, te diré más: tendrías mucha suerte si cada vez que sale uno de tus libros, la gente se agolpase frente de sus pantallas para descargárselo. Y LO SABES. No te mientas. Si muchísima gente se descargase tus libros, te ocurriría algo que aún no has llegado a comprender: que venderías muchísimos más. Si además tuvieses el sentido común para ofrecer tu obra en todos los canales y formatos posibles, todavía más. No, Lucía, no tienes un problema de “piratería”. Tienes un problema de otro tipo. Tú misma.
Tus intereses, Lucía, no son siempre e invariablemente los mismos que los de tu editorial. Haz pruebas, busca otras maneras, otros canales… no se trata de que te metas a editora, pero es posible que estés mejor no firmando todo lo que te dan a firmar en los contratos editoriales. Posiblemente deberías explorar otras vías. Créeme, las hay. La editorial, aunque pueda jugar un papel interesante de cara a la distribución, no siempre es el mejor aliado del autor. Es más: lamento resquebrajar tu bien preservada ingenuidad, pero la editorial no mira por tus intereses. Mira por los suyos.
Y por favor, y esto sí que te lo digo con conocimiento de causa: deja de difamar. Los estudios que utilizas para afirmar categóricamente que “España es un país de piratas” o que “en España se descarga más que en ningún otro país del mundo” son falsos, están sesgados, encargados por quienes buscan que digan precisamente eso. Se encargan con las conclusiones ya previamente escritas. Se usan para presionar al gobierno en busca de una legislación más favorable a los intereses de las editoriales y las industrias del copyright. El propio Departamento de Estado de los Estados Unidos ha alertado contra ellos: la metodología no se sostiene, las estimaciones son absurdas, las imputaciones son ridículas. Son informes títeres pagados por parte interesada. Si no lo sabías, Lucía, ya lo sabes: cuando tomas decisiones basándote en esos informes, estás basándote en mentiras, en invenciones pagadas por aquellos que se llevan el 90% del precio de los libros que vendes.Los informes neutrales, los que pagan los propios gobiernos, revelan conclusiones inequívocas: las descargas no perjudican a los creadores culturales.
Pero sobre todo, ten en cuenta una cosa: el que se descarga tu libro es porque tenía algún interés en leer tu obra. A mal sitio vas si lo insultas, lo menosprecias o lo castigas. Lo que deberías hacer es tratar de hacerle una propuesta que no pudiese rechazar: que tu obra estuviese disponible de manera tan sencilla para él o ella, que no le compensase irse a buscarla por ahí. Lucía, haz la prueba: la vida de un creador es MUCHO más sencilla cuando consigue una complicidad, cuando logra tener una buena relación con aquellos interesados en su obra. No creas las mentiras que te hablan de malvados con parche en el ojo y pata de palo descargándose tus obras… son tus lectores. Muchos de ellos descargan tu obra porque se la encuentran, porque se la recomiendan en un momento dado, muchos de ellos no la leerán, simplemente se hacen con ella porque “está a mano”, y eso no va a dejar de ser así en el futuro. Por mucha ley Sinde o similar que nos pongan, eso no va a cambiar. Asúmelo, y aprende a vivir en un entorno en el que eso forma parte del entorno.
Respetuosamente: no sigas por el camino equivocado. A mí ni me va ni me viene: no soy lector de tus libros, no te conozco, y todo lo que sé de ti es que en otra ocasión tuve que dar un repaso a tus muy escasamente documentadas tesis sobre la ley Sinde. Pero créeme: por ese camino, únicamente empeorarás las cosas.

sábado, 10 de diciembre de 2011

El Hereje, Miguel Delibes

Leída por primera vez en 2005, un club de lectura me ha llevado a la relectura de esta magnífica novela, única de las de tinte histórico publicada por Miguel Delibes, cuando contaba 78 años. Sepultada la historia en mis recuerdos tras otros muchos libros leídos, he rememorado y vuelto a disfrutar como antaño, más si cabe al deleitarme con el léxico de este maestro en un lector electrónico, que me ha permitido la consulta directa al diccionario e ir tomando notas desde su propio teclado sin moverme ni utilizar lápiz y papel.

Un poco de biografía. Miguel Delibes nace en Valladolid el 17 de Octubre de 1920. Estudia Comercio y Derecho pero a los 21 años comienza su trabajo como caricaturista en el diario “EL NORTE DE CASTILLA”. Tras cinco años y un curso acelerado en Madrid, cambia su puesto al de periodista en ese mismo diario, aunque nunca pensó en manejar la pluma. Por su novela “La Sombra del Ciprés es alargada” obtiene en 1948 el Premio Nadal, lo que le pone en la tesitura de hacer de la escritura su modo de vida. Según comentaba, aprendió a usar el castellano en un “Manual de Derecho Mercantil”. Fue director del periódico durante años, teniendo que dimitir en 1963 por diferencias con los políticos de la época, entre ellos Fraga. A pesar de ser un consumado cazador, amaba a los animales y defendía la Naturaleza y su conservación. En 1998 es operado de una grave enfermedad quedando, según sus propias palabras, muerto en vida al no poder dedicarse a su pasión: escribir. Fallece en marzo de 2010. Recibió numerosos premios relacionados con las letras aunque nunca obtuvo el Nobel, si bien nunca le preocupó lo más mínimo.

La novela empieza narrando la vuelta en barco del viaje que el protagonista Cipriano Salcedo hace en realidad en la parte central de la misma. Sus padres, Bernardo Salcedo y Catalina Bustamante, tardaron años en concebir a Cipriano y su alumbramiento trajo consigo el fallecimiento de la madre, lo que le supuso un distanciamiento de su autoritario padre que llegó a tildarle de “pequeño parricida”. Cuidado con esmero por una nodriza, Minervina, fue creciendo hasta su ingreso en un colegio de huérfanos donde conoce algunos personajes curiosos y toma su primer contacto con las ideas luteranas. Fallecido su padre y bajo la tutela de su tíos Ignacio y Catalina, casados sin hijos y pertenecientes a la alta sociedad vallisoletana, se inicia en el mundo de los negocios con acierto y magnanimidad en el trato a sus empleados y suministradores. Casa con Teodomira, la “Reina del Páramo”, una mujer que le doblaba en volumen, pero la falta de hijos en el matrimonio, que no preocupa a Cipriano, enloquece a Teo hasta llevarla a la muerte haciendo de su vida matrimonial un fracaso. Nacido exactamente el mismo año que Lutero clava sus tesis revolucionarias en las puertas de la catedral de Wittenberg, nuestro protagonista se inicia en la nueva corriente llegando a participar activamente en grupos que desarrollan las nuevas ideas en una España en que Carlos I y posteriormente su hijo Felipe II utilizaban con profusión la Santa Inquisición para cortar de raíz cualquier conato de cambio. Cipriano llega a viajar a Alemania para contactar con los reformistas y traer ideas de primera mano a las reuniones. Con el paso del tiempo es denunciado. Si bien está a punto de conseguir pasar a Francia, es detenido en el último momento, devuelto a Valladolid, interrogado y condenado a la hoguera sin delatar a ninguno de sus correligionarios. Tras un año en una celda lóbrega y sin luz queda prácticamente ciego e inválido, pero ni eso ni el tormento logra quebrar su entereza moral, mostrándose íntegro y fiel a sus ideas hasta el mismo momento de perecer quemado en la hoguera sin un lamento, bajo la atenta mirada de su “Miner” que aparece llamada por su tío.

Delibes es un maestro en el manejo del castellano. Leer su obra con precisión exige un diccionario al lado para su consulta constante. Incluso así, muchos de los términos y vocablos usados no se pueden encontrar el diccionario oficial y pertenecen al pueblo llano de Valladolid y Castilla. Un estudioso de su obra, Jorge Urdiales Yuste, ha recopilado e indagado sobre el significado de su léxico, llegando a publicar un libro especializado titulado “Diccionario del Castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes”. También en la página de la "Cátedra Miguel Delibes" hay un completo glosario de los términos empleados en toda la obra de este autor. Hubiera sido un magistral redactor de ese género que está tan de moda ahora de los relatos cortos. Narra los sucesos con un mínimo de palabras, de forma ágil y concisa. Pocas palabras para referir mucho. El empleo de los adjetivos es una delicia. Cual “caballo de Troya” tuvo que emplear mucho ingenio para buscar las grietas de la llamada censura de aquella época. Castilla, sus campos y sus gentes son su compromiso, su vida. El hombre es eje vertebrador de sus novelas como protagonista de unas relaciones humanas y complejas, en un canto a la libertad, la tolerancia y a la vez una crítica a la sociedad de aquellos años. Huye de lo anecdótico y de lo circunstancial, yendo directo a lo concreto y dotando de calado, profundidad y transcendencia a cualquier hecho por simple que parezca. Sus personajes, entrañables y atractivos pero también odiosos y distantes, aparecen y desaparecen como por arte de magia y no te dejan indiferente, te inquietan, te incitan desde su formas de deambular por los escenarios sencillos de sus novelas. Muchas de sus frases trascienden a la época y son plenamente actuales hoy en día.

La novela se leería de un tirón si no hubiera que estar haciendo guiños al diccionario y empleado tiempo en tomar notas. Un placer. Si hay curiosidad por algunos de los términos empleados y su significado,puede consultarse la relación al final de la entrada "PRODIGALIDAD" del blog amigo de Sensacionesinciertas.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Yo Confieso, Jaume Cabré


No se puede acercar uno a una creación, sea literaria o artística, con demasiadas expectativas, so pena de salir un poco desilusionado. Tenía buenas referencias de este libro, que estaba entre mis pendientes a la espera de su disponibilidad digital. Hace unas semanas solo se podía encontrar en catalán y de forma no muy correcta, por lo que me he lanzado a su lectura en papel. Un calvario, una travesía en el desierto soportar en mis brazos el peso sus ochocientas cincuenta y nueve páginas en los más variados lugares. Nunca más. Ahora ya está disponible en formato electrónico, pero el precio es como para echarse para atrás. Yo no tengo ninguna duda de que dieciocho euros es excesivo.

Adrià Ardèvol es un niño solitario, fruto de un matrimonio distante que no le suministra ningún afecto ni cariño, lo que si le hace Lola Xica, una más en la familia que se ocupa de las tareas del hogar. Su padre es un tratante de antigüedades con formas no muy ortodoxas en sus transacciones y que acaba asesinado. Su madre continúa el negocio por el que Adrià no siguiente ninguna ilusión, pero que le permite estudiar en diversos países y llegar a ser una persona culta y bien relacionada. Habla con sus personajes de ficción, “Águila Negra” el gran jefe arapahoo y el “Sheriff Carson”, que le aconsejan y le ayudan a lo largo de toda su vida. Espía a su padre en su despacho escondido tras un sofá y se entera de muchas cosas siendo niño que luego van cobrando sentido a lo largo de toda su vida. Llega a ser un poco de todo, pero culto y europeo, aunque su vida está llena de lagunas en todos sus aspectos. El eje central de la historia es un violín, en cuya funda todavía pueden verse los restos de la sangre de su anterior propietaria. “Si mira Vd. por el orificio de la tapa verá que pone Laurentius Storioni Cremonensis me fecit 1764 y al lado hay dos señales como dos estrellitas. Y debajo de Cremonensis una raya irregular, más gruesa o más fina, desde la eme hasta la última ene”.

En el mismo párrafo del libro se entremezclan personajes e historias de varios siglos, desde un monasterio perdido a los campos de exterminio nazis. Por momentos me he encontrado perdido y aún sigo desorientado tras finalizar su lectura. Un novela monumental ante la que descubrirse, pero difícil, muy difícil de comentar y sobre la que cada uno tendrá sus propias impresiones. La mía es que me ha impactado pero no sabría decir a ciencia cierta si positiva o negativamente. Lo primero que me viene a la mente es que se requiere mucha templanza y muchas ganas para leerlo y asimilar su contenido, un repaso a grandes connotaciones históricas recientes de la historia humana.
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jueves, 1 de diciembre de 2011

Mira si yo te querré – Luis Leante

Este es uno de tantos libros que adelantan a los que tengo en mi lista de lectura, por consejo de alguien (en este caso mi médico de cabecera), en lugar de ponerlo el último, lo ponemos el primero, y ahí se van quedando otros, que algún día leeré. Y cualquiera se puede imaginar que se trata de una historia de amor, y efectivamente eso es, una maravillosa historia de amor.
Entretejida entre la actualidad y distintos episodios del pasado de los protagonistas, Santiago y Montse, esta historia nos entra especialmente a aquellos que teníamos una edad similar a ellos en tiempos de la muerte de Franco y la ‘pérdida’ del Sáhara por aquella Marcha Verde, muchos conocíamos a algún soldado que estaba allí haciendo la mili, o que la había hecho recientemente, y uno de esos podría ser Santiago, el protagonista de la historia, que se hace ‘lejía’ (como se decía entonces, y no sé si se sigue diciendo ahora, a los legionarios) por la inesperada ruptura de su relación con Montse.
Tras la separación de ambos, cada uno hace su vida, pero sin poder olvidarse el uno del otro. Y veinticinco años después de la teórica muerte del legionario en el Sáhara, cuando Marruecos obliga a España a abandonarlo y cedérselo, Montse descubre que Santiago no está muerto y decide ir a buscarlo.
A mí me ha sorprendido casi todo, la forma de narrar los episodios del pasado, el enlace con la actualidad, la vida nómada de entonces y la de ahora en el desierto, y cuando estás esperando un reencuentro de los personajes, también te ves sorprendido por el formato de dicho reencuentro.
En definitiva una novela sorprendente, con emotivos recuerdos de una época, el fin de la dominación española en el Sáhara, y la vergonzante entrega a Marruecos, de los que nos seguimos considerando ‘amigos’, y nos hemos olvidado de los saharauis, sin más noticias del referéndum que se tenía que haber celebrado hace más de treinta años. Interesante lectura aunque no esperéis ninguna maravilla.