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jueves, 1 de octubre de 2015

El marciano, de Andy Weir

Libro elegido para el tercer trimestre del Club de Lectura de «A leer que son 2 días». Para el cuarto trimestre de 2015 se ha elegido «De animales a dioses(Sapiens). Una breve historia de la Humanidad» de Yuval Noah Harari.

Andy Weir es un autor californiano nacido en 1972 y desconocido hasta hace un par de años. Atraído por los temas de la computación y el mundo de los ordenadores, estudió informática en la Universidad de California pero ya desde los quince años comenzó a trabajar como programador para un laboratorio nacional norteamericano. «The martian» es el título original en inglés de este su primer y único libro por el momento y que tuvo que auto publicar en 2012 en la plataforma de Amazon donde se vendía al precio de 0,99 dólares. Poco a poco fue suscitando el interés del público hasta que la Editorial Crown lo publicó en papel en 2014 llegando a alcanzar el número 12 de la lista de superventas del New York Times. Con posterioridad, el conocido director de cine Ridley Scott ha llevado la historia a una película de igual título que el libro y protagonizada por Matt Damon que se está estrenando en estos días, teniendo prevista la fecha del 16 de octubre de 2015 para su llegada a las salas en España. Sin embargo, y es un hecho que no entiendo, la película se titulará en España simplemente «Marte», desvirtuando a mi entender el fondo del asunto. Supongo que será debido a estrategias de publicidad y con algún trasfondo monetario que es en lo que al final se traduce todo. Actualmente el autor trabaja en otra novela con el título provisional de «Zhek», también del género de la ciencia ficción aunque más tradicional con sus «aliens», telepatías y viajes interestelares.

Seis días atrás, o mejor dicho, seis soles atrás, el astronauta americano Mark Watney se ha convertido en uno de los seis primeros hombres en caminar por la superficie de Marte como culminación de la misión ARES-3 de la agencia espacial norteamericana NASA. Ahora, en el momento en que comienza este libro, parece que será el primer hombre en morir en Marte. Durante la exploración del suelo del planeta con sus cinco compañeros, se levanta de forma súbita una tormenta de arena por lo que la comandante de la misión les conmina de forma urgente a volver al vehículo de exploración para abandonar de forma inminente el suelo marciano y regresar a la nave. Mark es golpeado por un resto desprendido de una antena que se le clava en el costado, le perfora su traje espacial y le hace caer por un barranco ante la atónita mirada de sus compañeros que no pueden hacer nada y abortan la misión convencidos de la muerte de Mark. Pero él sigue vivo, solo, atrapado en un planeta hostil a millones de kilómetros de cualquier ser humano, sin posibilidad alguna de comunicarse y solo cuenta con un exiguo campamento base y un par de vehículos de superficie pensados y diseñados para unos pocos soles. Incluso aunque lograse establecer contacto, la distancia haría que una supuesta misión de rescate tardara en llegar mucho más de lo que él podría subsistir con los escasos medios de los que dispone. Pero Mark, botánico de profesión, es un vitalista que, a pesar de las circunstancias terriblemente adversas en las que se encuentra, pone a prueba su ingenio, sus habilidades e incluso sus conocimientos de botánica para hacer crecer patatas en suelo marciano que le sirvan de alimento y así poder prolongar su existencia. Obstinado en seguir con vida el mayor tiempo posible, empieza a desarrollar un plan demencial para volver a la Tierra. La siguiente misión prevista, ARES-4, llegará a Marte dentro de cuatro años y tiene previsto su contacto con el planeta rojo en un punto situado a más de tres mil kilómetros del que se encuentra nuestro protagonista. Y, sintiéndolo mucho, no se puede contar más de esta trepidante novela, pues la sucesión de hechos que tienen lugar en unos pocos soles --días marcianos--, es tan sorprendente que quedaría desvelada la magia de este relato. Los lectores deberán descubrir por sí mismos como se desarrolla la historia si tienen interés en ella. Los cambios de ritmo son constantes, las situaciones imprevistas y el final…sublime.

Como ya ocurriera con otras novelas maestras de este género, algunas de las cuales hemos comentado en este blog ( "El juego de Ender", "Yo, robot", "Frankenstein" o  en "50 Lecturas de ficción y fantasía"), solo conocer que se trata de una obra de ciencia ficción hará desestimar de su lectura a una gran miríada de lectores, por no decir a todos los que no sean particularmente aficionados a este género. Sin embargo, se trata de una novela que merece muy mucho la pena y de la que, además de disfrutar con su lectura, se pueden sacar muchas enseñanzas prácticas para la vida diaria, tanto en el terreno físico como espiritual. Una historia de superación del ser humano cuando «ya no hay nada que hacer» y no hay ninguna esperanza. Situaciones de solidaridad entre personas y entre países tienen cabida en el relato que bien harían en llevarse a la realidad por encima de diferencias que los humanos nos esforzamos en maximizar en lugar de reducir. Hay que decir que en ciertos momentos la descriptiva utilizada por el autor puede pecar en exceso de minuciosos detalles acerca de la atmósfera marciana, procesos químicos, botánica o ingeniería aeroespacial que pueden resultar tediosos para un lector convencional, pero siempre tendrá la posibilidad a su criterio de pasar a toda velocidad por encima; sin embargo, esta cuestión será un aliciente añadido para personas interesadas por estos temas o simplemente curiosas. Y dentro de toda esta jerga, lo que más llama la atención llegando a conseguir incluso la risa son esos momentos de humor ácido de Mark para consigo mismo a pesar de la situación desesperada, que me han recordado momentos críticos en mi trabajo profesional, como informático y junto a alguno de los lectores de este blog, en los que no se entendía por parte de los jefes el que surgiera un chiste para relajar la tensión.

Aparte del protagonista, parece que la psicología del resto de personajes tales como compañeros de misión, responsables de la Nasa, técnicos de la agencia aeroespacial de otro país, periodistas, etc. etc. sin ser especialmente brillantes, todos ellos tienen su punto de resplandor que en un momento u otro del relato atraen nuestra atención. Resumiendo y por no alargarme más, una novela para disfrutar con ella, con las ocurrencias de unos y otros y sacar algunas conclusiones para nuestra propia vida y nuestro deambular por ella. Una vez devorados los 131.161 vocablos contenidos en sus 408 páginas, sólo resta esperar a que pasen unos días para disfrutar en el cine de la película que se puede presumir como atractiva. Me hago eco en esta reseña del comentario de algunos lectores que indican ciertos defectos en la traducción española, por no recoger fielmente ciertas expresiones del inglés; queda hecho el comentario para que aquellos lectores con suficiente fluidez en ese idioma que todos deberíamos dominar se hagan con un ejemplar, electrónico o en papel, en el idioma original.

2 comentarios:

  1. Una estupenda novela, digna representante del género conocido como Ciencia Ficción «dura», pero que nadie se asuste; ésto significa que cada uno de los elementos de «Ficción» que aparecen en el relato se explica de forma rigurosa en base a conceptos científicos. Todas las semanas leemos noticias de la NASA sobre hallazgos en Marte, la última ha sido el descubrimiento de agua salada (o salmuera) en la superficie del planeta, y un nuevo retraso en el proyecto de un viaje tripulado al planeta rojo por motivos de presupuesto (ya hablamos del 2030).
    En otro caso esta novela se podría describir como de aventuras o incluso de crónica de viajes por la forma tan amena y entretenida en que nos introduce en la auténtica odisea del astronauta solitario, luchando por su supervivencia como podría hacer en un desierto en la propia Tierra. Muy muy muy entretenida. No soy quien para calificarla de obra maestra pero como aficionado del género, si la califico como indispensable.

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  2. Acabo de llegar de ver la película basada en este libro que se estrenó ayer en España. Una vez más me afirmo en mi apreciación de que es más conveniente leer los libros antes de ver las películas basadas en ellos. Ridley Scott, el director, difícilmente podría superar a Ridley Scott con su «Blade Runner» de 1982, pero la cinta es una delicia en imágenes, en sonido y especialmente en el tratamiento de los principales personajes, cuya psicología refleja el texto del libro de manera admirable. Como ocurre en estos asuntos y a pesar de que una imagen vale más de mil palabras, ciertos aspectos contemplados con más detalle en la novela pasan inadvertidas y de un plumazo en la película, que aun así alcanza casi las dos horas y media. Muy entretenida, muy emocionante pero primero lea el libro antes de ir a verla, mejor en el cine en pantalla grande que en la televisión de casa en el futuro.

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