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sábado, 15 de junio de 2013

Judíos españoles en la Edad Media, Luis Suárez Fernández

El 31 de Marzo de 1492, cuando todavía no se habían apagado los ecos de la conquista de Granada, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, firmaban el Decreto de expulsión de los judíos de España, a instancias del inquisidor general Tomás de Torquemada. Si bien desde 1.483, y dicho sin segundas intenciones, se estaba “oliendo la quema”, fue en esa fecha en la que se concretó de forma oficial la erradicación del pueblo judío en España, bien por conversión a la fe cristiana bien por salir de la que había sido su tierra durante años. Luis Suárez, reputado historiador, nos lleva de la mano por estos ocho siglos en lo que hubo comunidad judía en España, desgranando las numerosas vicisitudes por las que fueron pasando. Trabajadores y callados, muy avispados por lo general en todo lo que tuviera que ver con el dinero y la economía, supieron granjearse la confianza de los poderosos, principalmente los reyes, a los que sirvieron con dedicación aunque no siempre fueron bien defendidos por ellos de los casi continuos ataques de los “cristianos” y de los “religiosos”.

Su residencia en las aljamas, guetos en ocasiones, marcaba las relaciones con sus vecinos, que les infringían toda clase de vejaciones y acusaciones la mayor parte de las veces infundadas de prácticas contrarias a la religión cristiana. Marcados en sus ropas sufrieron a lo largo de los años continuas humillaciones aunque tuvieron épocas de esplendor y reconocimiento. Cuando en las arcas de los reyes y de los poderosos empezaban a formarse las telarañas, estos no dudaban en acudir, por las buenas o por las malas, a los recursos de los judíos, esgrimiendo las más peregrinas acusaciones para hacerse con sus dineros pasando por encima de sus vidas si fuera necesario.

“Ningún oficio o dignidad que, de manera directa o indirecta, comporte algún poder sobre cristianos podrá ser nunca ejercido por judíos. Tampoco podrán, en ningún caso, testimoniar contra cristianos ni ganar cartas que les permitan actuar en contra de estos.” Tras el Concilio de Vienne, enero de 1.311.

En suma, un libro pequeñito en cuanto a su extensión, 275 paginas, pero con mucha enjundia y contenido donde el autor nos cuenta con profusión de datos, pelos y señales, el devenir de este pueblo por nuestro suelo patrio. Muy recomendable su lectura para enterarse de muchas cosas, con rigor histórico, y quedarse a las puertas de otras nuevas, sobre las que volveremos, como es La Inquisición y sus actuaciones a lo largo de muchos años.

“Cuando una sociedad llega a convencerse a sí misma de que es dueña absoluta de la verdad ---summum ius--- corre el peligro de creer que es justa la mayor injusticia de todas, el desconocimiento de la dignidad ajena ---summa injuria---. Todo esto sucedió en España en 1492.”

Cada vez estoy más convencido, y estas lecturas me reafirman más en mi pensamiento, que la religión debe ser una cuestión que pertenezca a la esfera íntima de las persona. Cuando gobiernos, políticos, reyes o prelados meten sus manos en ello y fuerzan una determinada opción, mal asunto.

1 comentario:

  1. Extraño y polémico historiador. De Torquemada hay mucho que saber que poco se sabe. De la sociedad judía medieval un calco de la sociedad banquera actual. La historia siempre se repite.
    Me has picado la curiosidad y buscaré el libro.

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