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sábado, 1 de septiembre de 2012

Hombre sin rostro, Suso de Toro

Una novela donde podrás
mirar la maldad desde muy cerca,
hasta sentirla próxima, lasciva e íncómoda.

 Puntuación 3/5

Un individuo despierta en la cama de un hospital de Santiago de Compostela y toma conciencia de su estado convaleciente y grave, en una habitación que comparte con otro enfermo, un anciano, decrépito, terminal, consumido por la edad ante una inminente muerte. El recién ingresado ha sido rescatado a la vida tras una severa y critica crisis cardiaca. Ambos diluyen la confusión inicial y se embarcan en una claustrofóbica, delirante y tensa singladura de monólogos, conversaciones, reflexiones entre las que emerge el anciano, cuya particular biografía se convierte en el centro argumental de la novela. Estos enfermos conversan entre sí y también comparten diálogos con el personal sanitario y las escasas visitas que acuden a la habitación.
A medida que avanza el relato se disipa el inicial desconcierto e ignorancia de los enfermos y se imponen su personalidades, los particulares de su vida y sobre todo las del misterioso viejo.- Se revela como un compañero de habitación hostil, agresivo, cáustico, amenazante, dictatorial y violento.
 En sus comentarios, entre sus pensamientos y palabras, exhibe su potencial de maldad, su historial familiar de soledad y desarraigado de su parientes la crueldad hacia ellos. La trayectoria vital, tras una tácita explusión del hogar, se conduce por un camino de siniestra violencia, desprecio, odio, conducido inexorable hacia la actividad política, a la sombra de la falange, del franquismo y del nacional socialismo alemán. Perpetrá agresiones, asesinatos, violaciones, vejaciones de todo tipo en los prolegómenos del golpe militar en Santiago de Compostela, por toda España en plena guerra civil, extendiendo su cruento deambular en la División Azul franquista por las estepas rusas.
Un individuo esencialmente maligno.-
Pero este desprecio hacia todo lo humano, esta desintitucionalizado, participa de las logias totalitarias como pretexto para ejecutar el mal, sin convicción política o ideológica. Su impúdica y radical vileza está incrustada en sus visceras, en su personalidad agresiva, despectiva, necesitada de sembrar violencia y muerte, a su paso. Siendo, pues, la violencia, la iniquidad, la crueldad,  su motivación existencial, las fuentes que alimentan su vida.
Técnicamente demuestra ser un relato de difícil construcción. Imagino lo extremadamente complejo que debe resultar para un escritor mantener durante las más de 400 páginas con el canal expresivo de soliloquios, de diálogos imaginarios, casi fantasmales, construidos entre la ficción y el recuerdo.- Todo ello en una dinámica opresiva, del monologo interior escrutador de los pensamientos, de lo imaginado y experiencias reales, con escasos intercambios de debate, dada la sumisión narrativa latente que impone el anciano al resto de los personajes.
No obstante, Suso de Toro, supera este supuesto impedimento o limitación en la novela, y no resulta para el lector monótona ni lineal. Lo consigue a través de ciertos giros, sorpresas narrativas, interferencias entre los diálogos de situaciones descriptivas y, sobre todo, de concretas e interesantes alusiones culturales ceñidas al relato. Entre estas cabe mencionar las relativa
principalmente a operas como Don Giovanni, sobre la música y la idiosincasia alemana, con citas a Bach, Wagner,, de libros ( las mil y una noche, La montaña Mágica, Fausto,  La España invertebrada, La Rebelión de las masas), cine (Blade Ranner), de escritores e intelectuales (Gonzalo Torrente Ballester, Valle-Inclán, Tomas Mann, Federico García Lorca, Goethe,), filósofos con referencias a sus opiniones e ideas (Ortega y Gasset Heideger….. ), que aderezan, complementan y hacen de esta una obra intensa y profunda.-
Si bien el personaje, según manifiesta el escritor en el epílogo, no es real, se ha reconstruido con los extractos  de las biografías de los individuos o monstruos con nombre y apellido, que exhibieron su iniquidad en la posguerra, azotando de violencia, represión y muerte, todas las ciudades y pueblos de España, de los arribistas venales de la guerra civil, de los integrantes de la infame y deshonrada expedición de la División Azul por la geografía rusa. Echó mano de las semblanzas de los políticos y militares nazís, de una nación enloquecida y manipulada hasta la demencia, culpable de la vorágine luctuosa de exterminio de inefable adjetivación prodigada por todo el planeta. Todos ellos han aportado algo a este personaje, indolente, vil, despreciable, irredento, cuyo habitat es la criminalidad, que exhibe con orgullo en todas las páginas de la novela, todos ellos condensados en este personaje, en esta obra, atractiva, dura, intensa, y cómo no, incómoda. Ver el mal tan próximo, tan verosímil y acechante sobrecoge a cualquier lector.


Nota:El pasado 22 de Mayo de 2.012, redacté una reseña sobre la novela de este autor "Trece Campanadas". Este escritor tuvo un detalle, que como persona y humilde lector, nunca olvidaré, y que os comento para que consideréis como un valor añadido a sus escritos.-
Este escritor, Premio nacional de literatura, entre otros galardones, se molestó en contactar conmigo vía E-mail, para agradecerme la reseña que sobre su novela colgué en este blog, además de, con fino humor, confiarme ciertos "secretos" relativos a las fuentes que utilizó para documentar su obra, que por supuesto quedan entre el y yo.-
Como podéis valorar por este desinteresado y para mi emotivo y entrañable gesto, hay autores cuya calidad humana y literaria van parejas, y se desprenden tanto del contenido de sus libros como en sus acciones.-

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