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miércoles, 13 de junio de 2012

grandes pechos amplías caderas, Mo Yan

GRANDES PECHOS AMPLIAS CADERAS
Autor: Mo Yan
Una novela durísima y desoladora, repleta de inhumanidad, de una violencia delirante
PUNTUACION 2/5

Con esta novela he sufrido una experiencia lectora incomoda y doliente. Opino que debe haber una determinada dosis de violencia, de padecimiento y de macabra injusticia para aprehender en una sola obra, y en esta novela se ha superado con creces. El argumento como se verá, y la forma de plasmarlo en un relato, es tan procelosamente cruel, inhumano, sangriento y desesperanzador, en casi la totalidad de sus 836 páginas, que su lectura se convierte en un esfuerzo de contención para no cerrar sus hojas y desistir de tan arduo empeño.

Con ello, no afirmo la ausencia de valores testimoniales ni literarios del libro, sino la perplejidad ante su tétrica veracidad, la incomodidad y desazón arrostrada por mi como lector, saturado de tanta realidad histórica rebosante de impiedad y fratricidio.

Argumento:
La novela plasma la historia de una familia del Este de China, la familia Shangguan, a lo largo de casi todo el siglo XX, entrelazada con los episodios de la invasión y resistencia japonesa, los padecimientos de guerra civil de China y la sinrazón del comunismo y su demencial política estatal del "salto adelante" de "revolución cultural",  de granjas de reeducación política y represión, modelo de barbarie y genocidio institucionalidazo.

Quien nuclea la acción es Madre –Shangguan Lu-, una china, sometida por los atavismos culturales de esa nación, vejada por su condición de mujer, obligada a procrear selectivamente, únicamente hijos varones, castigada, humillada, agredida por su familia política cada vez que paría hijas, en lugar de hombres.

 Para acentuar más la crueldad, su marido, es estéril, además de un individuo, pusilánime, sojuzgado por una autoritaria y tiránica madre, por lo que para proteger a sus hijas debe de concebir sus vástagos, hasta ocho hijas, en adulterio con todo tipo de hombres, incluido su propio tío o un religioso –Padre Malory- entregándose a todo tipo de individuos y humillaciones, siendo incluso violada reiteradas veces.-
En su última gestación alumbra dos mellizos, una niña ciega y un varón de nombre, -Jintong- narrador de toda la novela y personaje central.-



Toda la obra refleja la miseria y el sufrimiento padecido por esta familia durante la casi totalidad del siglo XX, con las crueldades y luctuosas consecuencias de los conflictos, la despiadada inhumanidad de los combatientes, las condiciones deplorables de vida de las víctimas, las represalias políticas, el confinamiento en recintos de instrucción política, todo ello en una sociedad de estructura y supervivencia principalmente agropecuaria, condicionadas por decisiones estatales arbitrarias, exterminadora de clases, ineficaces y absurdas que condujeron a la muerte por hambre e indigencia a millones de chinos.
Al final de la obra, en una China industrializada, construida sobre una sociedad capitalista aunque nominalmente comunista, se padecen las mismas situaciones de desigualdad, explotación y fratricidio, menos cruentas y beligerantes, pero igual de inhóspitas para la población.

Estructura:
La acción es narrada por el único hijo varón de la verdadera protagonista -Madre-, y cuenta en primera persona los avatares y padecimientos de su familia, en una constante lucha de supervivencia, sobreponiéndose y amoldándose a los cambios políticos y las adversidades de un destino bélico y condicionado por los cambios políticos.
Temporalmente la obra traza una línea cronológica ordenada, salvo en el capítulo segundo que se retrotrae a los orígenes de su Madre y nos introduce en la hosca realidad discriminatoria de la sociedad china hacia las mujeres. En medio de algunos capítulos, se introducen saltos en la narración arbitrarios, aprovechadas para inmersiones en breves instantes de un precario e impostado realismo mágico.
Los acontecimientos se describen con lentitud. En ocasiones, roza un agónico paroxismo, incómodo y de un desagradable efecto, donde la acción queda suspendida, congelada y el autor desmenuza y tamiza el instante narrativo, esparciendo todo el desabrido dolor y sufrimiento adherido en la prosa.  Estas paradas en el ritmo extiende el contenido de la novela hasta el límite de lo asimilable.
La lenta cadencia descriptiva y de acción es una característica propia de la literatura asiática y china en particular, patrones de complicada aceptación para el lector occidental.
Varias veces me he visto superado por el tedio y el aburrimiento, dispuesto a abandonar el libro, pero me ha mantenido a flote el orgullo de lector y respeto merecido por todo escritor.

Estilo:
Tras este ciclópeo volumen narrando adversidades, expoliando la calamidad de la historia, de la sociedad China, tedioso, desagradable, áspero, está la mano de una gran escritor.
Algunas de las metáforas, los insistentes y brillantes similes, los epítetos sempiternos adheridos casi a cada frase, como una constante, en una incesante letanía descriptiva y las hipérboles contundentes por la inmensa  dureza de su contenido, escritas para asestar un mazazo para el lector, en las que apetece apartar la vista del texto, esparcidas por toda la obra, denotan la brillantez de un autor original, dotado para la descripción, para emocionar con frases esporádicas y reivindicativas de un indudable talento.
 Un escritor incuestionablemente emotivo e imaginativo. Pero el tema es tan descarnado, hay tanta violencia, escatologia, desconsuelo, desesperanzas entre las líneas de la novela, que los brillantes retazos de calidad literaria se disuelven en el conjunto del texto.
Personalmente, he apuntado más de doscientos tropos significativos, originales, memorables, para ser recordados individualmente, como ejercicios de estilo válidos.
No obstante, la apreciación de conjunto de la novela es negativa. La brillantez de escasos aldabonazos, retazos de inspiración, algunos, bien es cierto, geniales, no compensa la prolija sucesión de páginas.
Se advierte la influencia de la obra "cien años de soledad" y la devoción de Mo Yan por García Marquez, pero el "Macondo" chino resulta histriónico, reciclado, demasiado cruel y dantesco, y el realismo mágico de ciertos personajes saben a recurso forzado.

Mo Yan, fotografía del afamado autor.

RECIENTEMENTE el 11 de Octubre de 2.012, se notificó
la concesión del premio nobel de literatura 2.012 para este
escritor.
Si tengo que juzgar su valia literaria por esta obra,
no merece, a mi modesta opinión, este galardón, aunque por
otra parte creo que todos estamos ya un poco aleccionados
sobre la misión y la política de concesión de este tipo de premios.
Si alguien opina en contra por favor comunicadmelo por E-mail
y esgrimir argumentos por favor.


 


2 comentarios:

  1. ¡Te gustan las empresas arriesgadas! Y sorprende tu resistencia a abandonarlas. Pero ese respeto que sientes hacia el escritor, es estimable. Por lo que nos cuentas, parece además de una lectura difícil también muy dura… Y ese describir con lentitud me ha recordado a la prosa de Yukio Mishima, aunque en este caso, la lectura era puro deleite.

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  2. Gracias por tu comentario. No le recomiendo a nadie este libro, por la sencilla razón de suponer una enorme cantidad de horas derrochadas, y que pueden dedicarse a libros se mucho mayor calado y deleite. Este blog nos ayuda a tener ciertas referencias sobre la ingente oferta y pistas para poder ser mas selectivos.
    Por cierto, acabo de sacarme el libro de Woolf para este fin de semana.
    Felices libros.

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